Las cifras que aporta el Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica de Galicia (Craega) en los últimos años dan pie al optimismo, con números que confirman el crecimiento de un sector lleno de futuro.
Así, si en 2005 había en Galicia 425 operadores, entre productores y elaboradores, hoy son 721. En cuanto a la superficie dedicada al cultivo ecológico, se ha incrementado de 9.156 hectáreas en 2005 a 20.306 el año pasado, lo que supone además un incremento del 33,3% con respecto al año 2014 (15.233 hectáreas).
Lo natural funciona y prueba de ello son la diversidad de iniciativas que se pueden encontrar inscritas en el Consello Regulador de la Agricultura Ecológica de Galicia, Creaga. El registro descubre a jóvenes emprendedores que optan por el campo como medio de vida, empresarios que han decidido dar una vuelta a su trayectoria laboral e industrias del sector que apuestan por gamas ecológicas en su producción.
El sector primario tradicional en Galicia, formado por pequeñas y medianas explotaciones de policultivo, donde se asocia agricultura y ganadería, se fusiona a la perfección con la filosofía de la agricultura ecológica y funciona con el saber hacer de los agricultores transmitido de generación en generación, adaptándose al entorno y respetando el medio ambiente.
La Agricultura Ecológica es un sistema de producción de alimentos basado en el respeto al medio ambiente, el bienestar animal y el mantenimiento y mejora del suelo.
Se utilizan prácticas agrícolas que fomentan el equilibrio del ecosistema, recurriendo a técnicas como la rotación y asociación de cultivos, el uso de abonos verdes, el control biológico de plagas y el aumento de la biodiversidad mediante vallas o separaciones.
Estas prácticas agrícolas fomentan el equilibrio del ecosistema
Esta Denominación cubre toda la producción primaria, así como la elaboración y transformación de los alimentos en Galicia.
Agricultura Ecológica de Galicia ampara tanto productos agrícolas vegetales como animales destinados a la alimentación humana y los alimentos, piensos compuestos y materias primas para alimentación animal.
Todos ellos poseen la máxima calidad nutritiva, sanitaria y organoléptica, además de mantener sus propiedades alimenticias y de madurez durante más tiempo.
