El pan gallego, el vino del Morrazo y el capón de Vilalba se unen a la lista de productos gallegos regulados por una Indicación Xeográfica Protexida para preservar su calidad y distinguirse en el mercado ante posibles competidores.

De corteza dura y crujiente, miga esponjosa y alveolado abundante e irregular, el pan gallego se elabora de forma artesanal con harina de trigo blando, de la que al menos el 25% debe proceder de trigos cultivados en Galicia, pertenecientes a variedades y ecotipos autóctonos gallegos. Además, su elaboración se caracteriza por la utilización de masa madre y de una elevada cantidad de agua, así como por los largos tiempos de fermentación y cocción, esta última siempre en hornos con solera de piedra u otros materiales refractarios.

Habrá cuatro tipos de piezas del pan amparado por la IXP, con un formato tradicional específico: bolo, bola, fogaza y barra.

La IXP Ribeiras do Morrazo se aplica a los vinos producidos en esa zona: blancos y tintos con aromas francos florales y de frutas, de graduaciones alcohólicas moderadas y con una buena y equilibrada acidez.

El ámbito geográfico comprende los terrenos aptos para la producción de la uva, que se encuentren por debajo de los 300 metros de altitud y en los términos municipales de Bueu, Cangas, Marín, Moaña, Poio, Pontevedra, Redondela y Vilaboa.

El cultivo se hace en terrenos de laderas con suaves pendientes y orientaciones protegidas, en suelos moderadamente ácidos, permeables y con escaso contenido en materia orgánica en su estrato más superficial.

Aprobada recientemente por la Comisión Europea, la IXP Capón de Vilalba ampara a aquellos capones da raza Galiña de Mos criados en Terra Chá. En esta comarca lucense existen multitud de pequeñas explotaciones ganaderas familiares en las que la cría de capones se ha ejercido tradicionalmente con carácter complementario y constituye una fuente de ingresos para la explotación.

Las primeras noticias conocidas sobre la cría y consumo de capones en Galicia datan de la Edad Media. El clima húmedo propicia el desarrollo de cultivos clave en la alimentación de los capones, sobre todo en lo referente al pasto y los cereales, entre los que destaca el maíz.