Desde mi experiencia como psicóloga, hace más de trece años en un centro de día para personas mayores, me he ido interesando por incorporar nuevas técnicas que ayuden a las personas con las que trabajo y a sus familias a mejorar su bienestar.

Hace años, la psicología está investigando e incorporando el mindfulness como parte de la psicoterapia, utilizándolo para dotarnos de un método que nos ayude a gestionar emociones, pensamientos y conductas, así que pensé que podría ser de utilidad en mi desempeño diario, por lo que decidí recibir formación y empezar a practicarlo.

El mindfulness es un conjunto de prácticas derivadas de la meditación budista, que nos permiten entrenar nuestra mente para permanecer conectados con el aquí y ahora.

En español, el termino mindfulness, puede traducirse como atención plena o conciencia plena.

El gran interés que ha despertado el mindfulness en los últimos tiempos se debe a que esta técnica de meditación, basada en el observación de la respiración y en las sensaciones del cuerpo, ha demostrado ser efectiva en el tratamiento de diversas patologías mentales, al tiempo que contribuye al bienestar físico y emocional en las personas.

Se conocen estudios científicos como los realizados por la doctora Sara Lazar, neurocientífica de las Universidad de Harvard, que revelan como la práctica continuada de la meditación es capaz de modificar nuestro cerebro, nos protege del envejecimiento cerebral y refuerza las conexiones neuronales.

La aplicación de mindfulness en enfermedades neurodegenerativas en estadios leves sugiere mejoras en capacidades cognitivas, como atención, memoria, fluidez verbal, praxias y cálculo; así como efectos positivos sobre el estado de ánimo.

En cuanto a la aplicación del mindfulness con los cuidadores, se ha evidenciado como ayuda a gestionar mejor el estrés, aumenta la empatía, refuerza la resiliencia emocional y mejora la relación con la persona que se cuida, ya que nos capacita para responder como queremos hacerlo en vez de reaccionar a los acontecimientos.

Es por todo ello, que hemos decidido incorporar mindfulness en nuestro centro de día, poniendo en marcha una pequeña experiencia que consiste en breves sesiones grupales en las que realizamos ejercicios de meditación y relajación adaptados al nivel cognitivo de los participantes. La acogida de dicha experiencia ha sido tan positiva que nuestro equipo está planificando llevar a cabo un taller orientado a que los cuidadores también puedan aprender y beneficiarse de la práctica de la meditación.