La prolífica cantera del Famu vigués tiene en Laura Vázquez uno de sus nuevos y más firmes exponentes. Quienes la vieron ponerse el kimono cuando era una niña y daba sus primeros pasos en el deporte no tardaron en comprender que estaban ante alguien especial. Su fuerza, su capacidad para luchar, su rabia en la derrota, su afán por ser mejor cada día. Con dieciséis años aquellas virtudes que se advertían en la infancia se han potenciado hasta convertir a Laura en la mejor judoka cadete de España y una de las mejores del continente como lo demostró en 2018 ganando la Copa de Europa de su categoría en Coimbra y siendo tercera en Teplice.

Laura Vázquez llegó al Famu a través de su colegio, como los cientos de niños que han conocido el judo en Vigo gracias al trabajo de difusión que el club y la Federación Gallega hacen a través de los centros escolares. Cuando cumplió los doce años saltó directamente al club y en la actualidad vive su tercer año becada en el Centro Gallego de Tecnificación donde trabaja a las órdenes de Marcial Romero, el hombre que dirige sus pasos. Allí entrena durante la semana y los viernes complementa esa formación con las sesiones que realiza en las instalaciones del Famu.

Mario Muzas, presidente del club y de la Federación Gallega, admite que en el caso de Laura Vázquez se dan una serie de circunstancias que la convierten en alguien especial, en una judoka diferente y cuyo potencial es imposible de calibrar: "Desde que la ves de pequeña tienes claro que estás ante alguien con unas condiciones idóneas para el judo, pero luego añade su mentalidad extraordinaria". Es precisamente en esa cabeza fría y en su capacidad para competir donde quienes caminan a su lado advierten ese punto diferencial. Laura es fuerte, aprende deprisa, compite como pocas y sobre todo no siente el exceso de presión lo que le lleva a hacer cosas impensables. Hace unas semanas, en su tercer año de cadete, se plantó en el Campeonato de España de categoría junior y solo una discutida decisión arbitral la apartó del oro. Avanzó por el cuadro liquidando por ippon a rivales que le sacaban varios años. Siendo cadete el resultado describe su magnitud como deportista y como judoka. Laura evoluciona a toda velocidad y en ocasiones tanto Marcial Romero como Mario Muzas se ven obligados a "ir frenando". "Esto es una carrera de fondo que puede llevarla a pelear por estar en unos Juegos Olímpicos con opciones de hacer algo importante y no es necesario quemar etapas demasiado deprisa" explica el dirigente.

La judoka del Famu disfruta como pocos con lo que hace, siente una ilusión tremenda en cada día de entrenamiento y ese es uno de sus grandes tesoros. Por el judo han pasado gente con enormes posibilidades, pero casi ninguna con la disposición mental de esta viguesa que no entiende otra forma de vivir que subida a un podio.