
a Eurocopa de Alemania repitió la fórmula de ocho equipos, con semifinales y final.
El equipo anfitrión partía como una de las favoritas pero se topó con otra de las grandes selecciones del momento: Holanda.
Si los germanos contaban en sus filas con Klisnmann, Matthäus o Brehmen, la selección 'oranje' llegó con una magnífica generación de futbolistas, entre los que destacaban Rijkaard, Gullit o Van Basten.
El azar deparó un enfrentamiento entre ambos en semifinales, y el pulso lo ganaron los holandeses.