Con vidas diferentes, pero con carreras paralelas, Buffon y Casillas son los símbolos de dos países que luchan por un título. «No soy galáctico, soy de Móstoles». Esa frase resume la humildad de Iker y unos orígenes que nunca olvida y protege. Su familia no sale en los medios y no tiene presencia pública, a excepción de su relación sentimental con la periodista Sara Carbonero. Mientras, su homólogo en el puesto está acostumbrado a ver a su gente en la televisión. Su madre, ex lanzadora de peso, y sus hermanas, jugadoras de voleibol, acostumbran a aparecer en TV.

Y, al contrario que Iker, Giggi tiene genes que le invitaron a desarrollar su profesión. Su tío, Lorenzo Buffon, fue guardameta de equipos como Milán, Génova o Inter entre 1949 y 1965 y llegó a defender en el Mundial de Chile de 1962 la elástica italiana. Sus carreras comenzaron muy pronto. Gianluigi Buffon, dos años mayor que Casillas, debutó a la misma edad que el guardameta del Real Madrid. A los 18 años, en el Parma, comenzó su andadura en el fútbol profesional. Allí ganó sus primeros trofeos, una Copa y una Supercopa de Italia e ingresó en 2001 en el Juventus.

La primera década del siglo XXI pertenece a ambos. En ella, han forjado una leyenda adornada en los tres últimos años de los últimos diez de la década de los 90. Lo han ganado todo o casi todo, ya que a Buffon le falta una Eurocopa y una Liga de Campeones que Iker sí tiene, y son un referente Mundial en la portería. Individualmente acumulan premios y premios. La lista es larga. Buffon ha sido galardonado tres veces con el trofeo de mejor portero del mundo por la Federación Internacional de Estadística e Historia del Fútbol, por las cuatro de Iker. También han sido los mejores guardametas de los mundiales que ganaron (Italia en Alemania 2006 y España en Sudáfrica 2010). Y ahora están luchando por ser el más brillante bajo los palos en la Eurocopa de 2012.

Han sido fundamentales en su equipo en algún momento concreto del torneo. En cuartos, Buffon detuvo un penalti a Inglaterra de la tanda decisiva, lo mismo que logró Iker contra Portugal en semifinales. Y ninguno de los dos ha flaqueado bajo los palos.

Pero, de momento, el jugador del Real Madrid está ganando la partida. Ha recibido dos goles menos que Giggi, que suma tres. En 2008, el mítico exportero Dino Zoff analizó a ambos antes de enfrentarse en los cuartos de la pasada Eurocopa: «Doy algún punto más a Buffon. Casillas es muy bueno entre los palos y es mejor técnicamente, pero Buffon tiene mucha más personalidad y carácter. Y eso es lo que hace la diferencia ». Sin embargo, la diferencia la marcó Iker en la tanda de penaltis que dio el pase histórico a España a cuartos. Cuatro años después vuelven a encontrarse.

Nadie duda de que son pilares en sus selecciones pese a que tienen personalidades diferentes que, sin embargo, gustan a todos. «Este tío es un caballero, nos atiende siempre con gusto», comentaba ayer la prensa sobre Buffon tras el choque ante Alemania. En España, la imagen de Iker saltando por la ventana del centro de prensa después de atender personalmente a infinidad de medios uno tras otro es relevante. No quería llegar tarde a una comida. Buffon nunca lo habría hecho. Es más «glamouroso». Pero ese es el encanto de Casillas, su espontaneidad.