La eficiencia energética de las edificaciones es, hoy en día, una exigencia regulada a la vez que un indicador de responsabilidad medioambiental y ahorro económico, cuando el precio de las fuentes de energía está subiendo año a año a la vez que la normativa europea exige un uso racional de la energía, al obligar a los estados miembros a adoptar políticas cada vez más exigentes en este sentido.

La eficiencia energética comprende todas las medidas que buscan un mejor aprovechamiento del consumo de fuentes de energía convencionales, así como también la certificación energética de edificios, el uso de equipos más eficientes, la iluminación de bajo consumo, y la recuperación de energía doméstica e industrial.

A esto se deben añadir, entre otros, el aprovechamiento de energía geotérmica, la energía solar térmica, la biomasa y los biocombustibles, la energía eólica, las bombas de calor, las instalaciones fotovoltaicas, la micro-cogeneración y las pilas de combustible (habitualmente denominadas ‘energías renovables’ o ‘energías alternativas’), siempre teniendo en cuenta que la primera y más eficiente forma de energía renovable es el ahorro energético, que da verdadero sentido al propio concepto de eficiencia y ahorro: “La energía más eficiente es aquella que no se consume”.

El estudio y desarrollo de soluciones de eficiencia energética deberá abordar aspectos tales como un diseño adecuado, una ejecución de calidad y un mantenimiento esmerado para garantizar su eficiencia, rendimiento y rentabilidad.

Es necesario, por tanto, que el proyecto se aborde desde sus primeras fases de forma integral, considerando tanto las posibles fuentes de energía disponibles, los aislamientos, los equipos, las posibilidades de recuperación de energía, etc. Los cálculos de la rentabilidad económica de la inversión deberán obligatoriamente llevarse a cabo teniendo en cuenta todos los costes (proyecto, instalación, explotación y mantenimiento) a lo largo de toda la vida prevista de la instalación, así como la previsible evolución de los precios de los recursos energéticos utilizados.

Por estas razones, se debe exigir a los profesionales que intervengan en el proyecto, instalación y mantenimiento de las soluciones de eficiencia energética que dispongan de una elevada cualificación que les permita llevarlas a buen término con garantías de éxito.

En particular, los proyectistas deberán disponer de una formación multidisciplinar, incluyendo tanto la capacitación técnica como el conocimiento de las soluciones disponibles en el mercado, que les permita abordar el estudio con un enfoque amplio, contemplando todas las alternativas existentes para seleccionar las más adecuadas a cada caso concreto.

El Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Industriales de Vigo y Grados en Ingeniería Industrial es garante ante la sociedad de la buena práctica de la profesión y lleva a cabo esfuerzos muy importantes para formar y capacitar adecuadamente a los profesionales en el campo de la eficiencia energética.

En particular, y de la mano de los organismos oficiales competentes, viene organizando con regularidad cursos y jornadas técnicas de formación sobre las diversas estrategias y soluciones técnicas encaminadas a lograr la mayor eficiencia energética de las instalaciones y las edificaciones.

En el ejercicio de su responsabilidad ante la sociedad, COITIVIGO se pone a disposición de las personas, organizaciones o instituciones interesadas en buscar soluciones de eficiencia energética adecuadas a sus necesidades para proporcionarles información sobre posibles alternativas.

También pone a su disposición una relación de profesionales competentes en este campo de actividad, que llevarán a cabo un estudio más detallado del problema y propondrán soluciones óptimas al mismo tanto en coste como en funcionalidad. Los ingenieros técnicos industriales y los grados en ingeniería industrial somos profesionales de referencia en el ámbito de la eficiencia energética, con conocimiento pleno y actualizado de las técnicas, buenas prácticas y criterios de selección y dimensionamiento, como corresponde a nuestra labor de formación continuada y multidisciplinar que es un referente a nivel de Galicia.

El objetivo último de la eficiencia energética debe ser la mejora de la calidad de vida con criterios de sostenibilidad, reduciendo al mismo tiempo la factura energética de particulares, empresas e instituciones, y por tanto del Estado en conjunto. Es responsabilidad de todos trabajar hoy para garantizar un futuro mejor a los habitantes de nuestro planeta.