A miles de kilómetros de distancia, concretamente en la ciudad noruega de Bergen, se encuentra este ferrolano, doctor en Biología Molecular, "me encontraba en el paro y con muy pocas expectativas laborales en España. Mi mujer estaba en el proceso de cierre de la empresa que tenía en Santiago y ni siquiera contaba con derecho a prestación. Y así surgió la posibilidad de venir a Noruega a trabajar en un proyecto de investigación sobre biología alimentaria del mejillón", explica.

En lo que atañe a sus inicios en este país situado al norte del viejo continente, explica lo siguiente:"la verdad es que Noruega facilita mucho la integración siguiendo un cauce establecido. Aquí, cuando llegas, tienes que registrarte en la Policía y para ello te piden un contrato de trabajo. Sin ese trámite, es imposible abrir una cuenta bancaria, alquilar una vivienda o dar de alta una línea de teléfono móvil o de internet. Es absolutamente imprescindible estar registrado para tener una vida normal. De todos modos, en este país la burocracia es una bendición".

A partir de su vivencia en un país extranjero determina que "recomendaría la experiencia de emigrar en fase formativa, por supuesto, y si la persona está deseando vivir esa experiencia, ya que no siempre se dan las condiciones. Otro caso es la emigración forzada, de gente que se ve en la tesitura de buscarse la vida fuera. Te encuentras mucha gente así, por desgracia. Y a veces escuchas historias que te rompen el corazón".

"En estos momentos creo que mi futuro cercano está más en Noruega que en España. No sé lo que pasará en el futuro, pero estamos contentos aquí", asegura el ferrolano.