La cultura de barbería arrasa entre los hombres, que encuentran en estos establecimientos el lugar perfecto donde cuidar de su imagen al tiempo que se olvidan durante un rato del ajetreo diario.

Aquellos que no tienen barba pueden disfrutar de un afeitado profesional realmente relajante, que comienza con un paño caliente sobre la cara, aromatizado con esencias de eucalipto, romero, etc. Posteriormente, se aplican aceites sobre la pie para hidratarla y para conseguir un deslizamiento de la cuchilla mucho más eficiente y abrasivo. Para el momento culmen, un jabón o gel de afeitado y “mucho mimo a la hora de tratar la cara”, explica Juan Roig, propietario de una peluquería y barbería viguesa.

El afeitado finaliza con otra toalla húmeda, esta vez fría para cerrar el poro, y un producto específico para después del afeitado.

Barbas perfectas

Quienes presumen de barba, saben de la importancia de un buen mantenimiento, tanto en la barbería como en casa, utilizando para ello productos especialmente formulados para su cuidado.

“Empezamos con un acondicionador que mejora la textura del pelo y luego pasamos al tallado propiamente dicho -describe Roig-. Una vez terminado, utilizamos aceites o bálsamos para cuidar la piel bajo la barba que siempre sufre un poco más. Y, para terminar, se aplica un producto de acabado que la fija para que no se despeine demasiado”.

En casa es fundamental mantener una higiene adecuada, lavándola bien con un buen champú, sin olvidar aplicar algún aceite para la piel.

Tendencias

En el establecimiento de Roig, el servicio de barbería se comparte con el de peluquería, donde las últimas tendencias pasan por peinados más arreglados. “Hace unos años se llevaban los pelos mucho más despuntados; ahora la tendencia ha cambiado: se prefiere muy apurado por detrás y muy peinado por la parte superior, tipo pompadour, con tupés muy definidos y la raya de lado o incluso peinado hacia atrás, cosa que antes solo se veía en hombres mayores”.

Independientemente de las tendencias, los profesionales de la estética han de saber aconsejar al cliente qué corte y peinado le queda mejor a sus facciones o su estilo de vida. “El cliente asíduo sabe muy bien lo que quiere y el nuevo, por suerte, se deja asesorar”, afirma Roig.

Aunque cuentan con servicio de colorista, el propietario de la peluquería-barbería es defensor de la cana. “Cuando tienes un 30% de cana y quieres matizarla un poquito, me parece bien, queda perfecto. Pero ya cuando tienes un 50-70%, querer ocultarlo lo veo un poco absurdo.Hay que presumir de lo que tenemos”, manifiesta.