El mundo de la energía exige sistemas cada vez más limpios y eficientes, también en lo que respecta a los combustibles para calefacción, cuyo mercado avanza ofreciendo formulaciones de última generación con una mayor potencia calorífica que permiten reducir el consumo y las emisiones a la atmósfera.

Un nuevo producto, bautizado como BiEnergy e+10 y especialmente desarrollado para su utilización en calderas de condensación y quemador de llama azul, ofrece rendimientos equiparables a los equipos de gas natural y se adapta a los más altos estándares exigidos en Europa debido a su formulación exclusiva y su bajo contenido en azufre (inferior a 10 mg/kg).

De esta forma, reduce hasta un 20% las emisiones de óxidos de nitrógeno y un 95% las emisiones de monóxido de carbono, partículas y óxidos de azufre. Además, al disminuir el consumo de combustible, también contribuye a un descenso de emisiones de C02.

Por otra parte, su formulación garantiza una mayor estabilidad y un óptimo funcionamiento de las calderas de condensación, ya que contiene estabilizantes como un desactivador de metales patentado que evita la oxidación del gasóleo. Así se consigue que éste conserve sus propiedades durante el tiempo que esté almacenado en el depósito.

Además, la garantía de una mayor estabilidad, junto con el bajo contenido, permite que la vida útil de los equipos se alargue. Por tanto, las instalaciones funcionarán de manera óptima durante más tiempo, lo que supone importantes ahorros en el mantenimiento de las calderas.

"Con este nuevo gasóleo de calefacción se consiguen ahorros de un 5% en calderas convencionales y de un 30% en las nuevas calderas de condensación", explican desde una empresa de distribución de gasóleo a domicilio.

"Con este producto -añaden-, la escala de rendimiento de los diferentes sistemas de calefacción existentes sufre una modificación importante, ya que se vuelve a situar como el mejor frente a otras energías como la bomba de calor (de menor rendimiento en zonas con bastante oscilación de temperaturas, como ocurre en la mayor parte de Galicia), los pellets (de rendimiento más inestable y con mucho gasto en mantenimiento de calderas), e incluso el gas natural (con problemas en las tarifas que establece en sus contratos y mucho más inseguro en cuanto a peligrosidad)".

Distintos tipos de calderas

La calefacción consume la mayor parte de la energía en un hogar, por tanto elegir un sistema u otro será determinante a la hora de ajustar el consumo energético y afectar lo menos posible al medio ambiente.

Para valorar cuál es el más adecuada, hay que tener en cuenta aspectos como la orientación de la vivienda y superficie, si es una casa o un piso, si dispone de suministro a gas canalizado o si requiere una instalación desde cero.

Las calderas se pueden clasificar según el tipo de energía que utilizan: combustibles sólidos (leña o carbón); líquidos (gasóleo de calefacción); gaseosos (butano, propano, gas natural) o energía eléctrica.

De menor a mayor eficiencia, se clasifican en varios tipos: las estándar o convencionales; las de baja temperatura, preparadas para funcionar a menos de 40°C y con un rendimiento entre un 3 y un 5% mayor que las convencionales; y las calderas de condensación, que son las que mayor rendimiento ofrecen al aprovechar mejor la energía contenida en el combustible.