Poco, muy poco tiempo de vida les queda por delante a las calderas atmosféricas o estancas para calefacción y/o producción de agua caliente sanitaria convencionales y es que, desde el cambio de normativa en 2015, todas habrán de pasar a ser sustituidas por calderas de condensación antes o después. Así es, los nuevos requisitos de ecodiseño fijados por la Comisión Europea hace ahora cuatro años no solo afectan a las nuevas instalaciones, sino también a la sustitución o reemplazo de antiguos generadores en construcciones ya existentes.

La transición a este tipo de calderas, más eficientes, de mayor rendimiento y basadas en el aprovechamiento del calor latente de la condensación, que son además más amigables con el medio ambiente al producir una menor emisión de CO2, tiene también consecuencias inmediatas para sus conductos de evacuación. Dicho de otro modo: Afecta notablemente al mercado de las chimeneas, que han de adaptarse con las prestaciones técnicas necesarias para poder expeler correctamente los productos de combustión de estas nuevas fuentes obligatorias de calor.

Así pues, parece claro: El sector se encuentra ante uno de sus mayores desafíos. Un reto que, además y lejos de diluirse, irá a más según vaya avanzando el proceso de transición referido. Fabricantes de chimeneas, instaladores y demás operadores deben encontrar de forma rápida soluciones seguras, sencillas y duraderas que ayuden y faciliten el cambio. La misión se complica especialmente en viviendas ya construidas y con calderas antiguas, que es con lo que, a efectos reales, se encuentra el profesional en la mayor parte de los casos.

Múltiples ventajas

Un contexto en el que cobran protagonismo las 'Chimeneas colectivas en sobrepresión' y es que se dibujan como la solución idónea, especialmente para aquellos edificios de viviendas en los que ya esté instalada una chimenea colectiva para evacuar los humos de varias calderas de gas.

En este caso, el profesional se encuentra con el problema añadido de que la sustitución de las calderas no se llevará a cabo al mismo tiempo en todas las casas, y como además la chimenea colectiva existente no se puede utilizar para las calderas de condensación, es necesario encontrar otras alternativas.

Según se ha podido comprobar a lo largo de los últimos cuatro años, este tipo de chimeneas, las denominadas 'colectivas en sobrepresión', ofrecen distintas ventajas a la hora de abordar la nueva situación de un modo global. Una de las principales, puede que la más importante, es que estos conductos tienen un diámetro pequeño, lo que los vuelve más baratos y fáciles de montar pero que, sobre todo, implica una menor ocupación del espacio y, por lo tanto, aporta una mayor facilidad a la hora de instalarlas en edificios ya construidos y con sus espacios ya distribuidos.

Es cierto, en cualquier caso, que existe una alternativa: El Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) permite la excepción de evacuar por cubierta para el caso de renovación siempre y cuando la caldera sea de bajo NOx (clase 5). Así las cosas, se podría evacuar por fachada de forma individual. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que los humos de las calderas de condensación tienen una temperatura muy baja y un alto contenido en vapor de agua, por lo que forman un penacho blanco claramente visible, lo que podría provocar problemas de convivencia entre los vecinos.

Para evitar estos inconvenientes, se recomienda la evacuación por cubierta. Lo que nos lleva de nuevo a la 'chimenea colectiva en sobrepresión': Al instalarla en paralelo a la existente se resuelve el problema y las calderas se van conectando a ella conforme se realiza la sustitución de las mismas. Además y al dimensionarse en sobrepresión, el diámetro resultante de la chimenea colectiva es pequeño, con lo que se consigue una reducción de coste y espacio.

Requisitos de seguridad

En situación exterior las chimeneas deben estar convenientemente aisladas, de acuerdo con la norma UNE 123001:2012. Pero para el específico caso de renovación, para combustible gas y con temperaturas de productos de combustión de las calderas de condensación, dicha norma permite instalar una chimenea en simple pared por patio de ventilación. Con lo que se puede disminuir todavía más el espacio que ocupa y el coste de la misma.

Con el nuevo sistema, la propia chimenea colectiva está sobrepresionada. Y ello hace que para poder instalar este sistema, se tengan que cumplir una serie de requisitos de seguridad, resumidos principalmente en que la propia caldera tiene que estar certificada para trabajar de esta manera y se instalen clapetas antirretorno en todas las conexiones.