La economía circular es tendencia y se extiende a pasos agigantados a cada vez más sectores. Una idea, la de la reutilización, tan sencilla como útil para el medio ambiente por la que se apuesta también desde el ámbito de los combustibles marítimos, cuya adecuada gestión resulta de vital importancia para el entorno.

Así es: ¿Qué pensarían si les dijesen que hoy en día hay fábricas cuyas calderas industriales funcionan con el mismo fuel con el que anteriormente buques de carga han atravesado el Atlántico y, de ese modo, se previene que acaben en el fondo del mar al tiempo que se les da una segunda vida útil? Pues sí, aunque con matices, lo cierto es que esto está ocurriendo a día de hoy.

El Convenio Marine Pollution y los residuos 'Marpol'

Pero empecemos por el principio. Entre las grandes preocupaciones relacionadas con la protección del medio ambiente, y más en concreto de los mares, se encuentra la gestión de los residuos generados durante el servicio de los buques, residuos conocidos como 'Marpol', abreviatura a su vez derivada de Marine Pollution, el convenio internacional para la prevención de la contaminación marina por la actividad de este tipo de barcos.

Esta normativa internacional obliga a los países firmantes, entre los que se encuentra España, a disponer de instalaciones de recepción de residuos en sus puertos, de tal modo que los buques entreguen en estas instalaciones los residuos, cuya descarga en el mar está prohibida y con el objetivo de dar a esos restos el tratamiento adecuado en tierra, anulando su poder contaminante.

El círculo podrá cerrarse a partir de 2020

Un contexto en el que destaca el puerto de Marín, referente en gestión medioambiental y desde donde una de las empresas gestoras oficiales que opera en él va todavía más allá. No solo se limita a la recepción de los mismos sino que, además y en el caso concreto de los residuos de líquidos (aguas de sentina, lodos, aceite sucio, gasóleo sucio, aguas sucias de lavado de tanques, etc.), los trata y valoriza para darles una segunda vida: "Los recogemos, los analizamos, les hacemos un tratamiento, los depuramos y los tratamos para generar un combustible alternativo al fuel que es puesto en el mercado como combustible para calderas industriales", explica Bélen Trabazo, coordinadora del servicio Marpol en Codisoil, que explica: "Esto es muy importante, en primer lugar y sobre todo porque se previene que los residuos generados por los busques acaben en el mar, y, en segundo, por el hecho de que le estamos dando una segunda vida, un valor añadido."

La actividad podría dar todavía un paso más a partir de 2020, fecha en la que entrará en vigor una nueva legislación que abrirá la puerta a que el producto final deje de ser combustible para calderas industriales y pase a ser un fuel recuperado para buques: "De este modo sí, se cerraría definitivamente el círculo", se despide Trabazo.