Solo un patrullero de Hacienda activa en el archipiélago

Vigilancia Aduanera pierde la mitad de su capacidad de lucha antinarco en Canarias

Los policías marítimos del SVA con base en Las Palmas, desembarcados por “causa de fuerza mayor”

La patrullera Cóndor, uno de los buques estrella del SVA, en Las Palmas antes de su envío a reparación

La patrullera Cóndor, uno de los buques estrella del SVA, en Las Palmas antes de su envío a reparación / El Periódico

Juan José Fernández

Juan José Fernández

Madrid

El patrullero Cóndor del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) está averiado... y su tripulación varada en tierra. Los agentes marítimos de ese cuerpo policial han recibido orden de desembarco de la delegación de la Agencia Tributaria en Canarias “por causa de fuerza mayor”.

Canarias se queda así sin la parte principal de su despliegue en la lucha contra el narcotráfico. No se ha habilitado un barco de reemplazo, y en el archipiélago la Agencia Tributaria tiene solo operativo el patrullero Sacre, con base en Tenerife, con menos agentes, menos tamaño y menos autonomía de navegación.

Marineros sin barco, 44 agentes marítimos de Gran Canaria e islas adyacentes están siendo destinados por Hacienda a otras labores por la falta de un medio suplente con el que seguir patrullando contra el fraude fiscal y el narcotráfico en pleno verano, época del año que suele registrar repuntes de actividad del crimen organizado. “Los narcos cambian de rutas y de puntos de transbordo, pero siempre han de pasar por esta zona”, advierte uno de los agentes desembarcados.

Cables rotos

La situación es culminación de meses de tensiones en torno a la operatividad del Cóndor. La delegada de la Agencia Tributaria en Canarias, Carmen Guillén, emitió la orden de desembarco el pasado 11 de junio por el estado de elementos clave de la embarcación.

En una nota dirigida a los agentes, a la que ha tenido acceso este diario, la jefa admite desconocer cuándo tendrá Canarias otro barco patrullero para el área marítima oriental. No hay, en el eufemístico lenguaje burocrático, “umbral de retorno”, o sea, fecha prevista de devolución del barco.

“La duración de la medida de desembarco por causa de Fuerza Mayor, sin existir umbral de retorno del Patrullero Cóndor, y habida cuenta de que se acerca el periodo de verano, no puede determinarse”, les decía el 11 de junio la jefa Guillén a los tripulantes.

Aviso de desembarco de la delegada especial de la Agencia Tributaria en Canarias a la tripulación de la patrullera Cóndor

Aviso de desembarco de la delegada especial de la Agencia Tributaria en Canarias a la tripulación de la patrullera Cóndor / El Periódico

Desde febrero el barco sufría problemas de corrosión en algunos elementos. Ya fue sometido en invierno a una reparación de cuya calidad no se fiaba la tripulación. Lo que determinó su envío a una nueva reparación fue la rotura de un cable y un pescante nuevos en la grúa con la que, entre otros trabajos, se disponen en el agua las dos lanchas rápidas auxiliares que lleva el Cóndor.

El gancho se soltó aparatosamente y la barca se precipitó al agua cuando se preparaba un operativo. “Afortunadamente, iba vacía”, explica uno de los agentes con destino en Canarias. Habitualmente, las lanchas rápidas que se lanzan desde el patrullero se izan y arrían con ocho agentes del SVA a bordo, que salen a toda velocidad para un abordaje. “Si llega a caer en alta mar, de noche, o contra el costado del patrullero y con gente…”, imagina la fuente del SVA.

Más lejos

El Cóndor está siendo sometido a arreglos en un astillero de Cádiz. Construido por el astillero Rodman Polyships y fabricados sus equipos de cubierta por Fluidmecánica, firmas de Moaña, en el entramado náutico industrial de Vigo, en su día supuso el barco una importante novedad en los medios del Servicio de Vigilancia Aduanera.

Llegaba a Canarias en 2021 una embarcación de 43 metros de eslora, con dos lanchas auxiliares semirrígidas de siete metros y autonomía de 2.000 millas sin repostar, el modelo que la Agencia Tributaria quiere en las llamadas "bases de referencia". Pronto se convirtió en uno de los barcos estrella del SVA, cuando, ese mismo año, llegó a intervenir en intercepciones de droga que superaron los 100.000 kilos de hachís, y participó activamente en ejercicios de seguridad marítima con la Armada.

Un abordaje de tripulantes del patrullero Cóndor del SVA en 2022

SVA

Ahora queda operativo en Canarias el patrullero Sacre, con base en Tenerife, de 30 metros de eslora y dotado de una sola embarcación auxiliar, más pequeña -cinco metros- y menos potente que las del Cóndor.

El Sacre tiene también un honorable historial de golpes al crimen organizado y es más rápido que el Cóndor, pero navega 1.000 millas sin repostar y no puede asumir la captura y conducción a tierra de delincuentes detenidos por los policías de la Agencia Tributaria en sus abordajes. El Cóndor sí lleva celdas a bordo y admite más dotación, hasta 15 agentes por travesía.

En la lucha marítima contra el contrabando y el narcotráfico es clave poder llegar más lejos. “Los narcos cambian de rutas cíclicamente, y procuran hacer sus transbordos cada vez más apartados de la costa”, apunta una de las fuentes operativas consultadas.

En la sede central de la Agencia Tributaria en Madrid no se prevé barco de sustitución, pero sí refuerzos ocasionales. Fuentes de la agencia restan gravedad al problema: “Ya antes teníamos patrulleras como la de Tenerife operando”, dicen, si bien reconocen que ahora hay solo una operativa. “Si es necesario algún apoyo para algo concreto, se les da”, aseguran.

Tensión

Al problema operativo se une otro laboral. La medida del desembarco ha causado un fuerte malestar entre el personal del SVA en Las Palmas. En febrero, tras la primera reparación, la tripulación no se fiaba del estado del sistema de arriado, y avisaba a la dirección, pero la Agencia Tributaria dio por reparado el Cóndor.

En mayo, cuando la avería se hizo evidente, la tripulación comunicó otra vez a la delegación de Hacienda que se oponían a salir a alta mar en esas condiciones.

La tensión originada entonces causó la dimisión de un jefe de servicio. Ahora, los tripulantes, reasignados a labores ajenas a su especialidad, con horarios cambiados, libranzas trastocadas y problemas de conciliación, están entendiendo su desembarco como un castigo. “Hemos acreditado nuestra profesionalidad con nuestros avisos, y se ha demostrado que teníamos razón -indica un veterano de la lucha antinarco en Canarias-. Ninguno de nosotros entiende estas represalias”. 

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