Un líder ante el precipicio

Las cuatro incógnitas de Sánchez que tienen en vilo al PSOE

Sánchez multiplica los contactos para perfilar su hoja de ruta ante el estallido del 'caso Cerdán', pero el partido asegura ir a oscuras sobre lo que tiene en mente el presidente del Gobierno

Pedro Sánchez, el pasado 12 de junio en la sede del PSOE.

Pedro Sánchez, el pasado 12 de junio en la sede del PSOE. / JOSÉ LUIS ROCA

Madrid

Pedro Sánchez ha llevado a cabo múltiples consultas desde que estalló el ‘caso Santos Cerdán’. Tanto con altos cargos del PSOE, incluidos los líderes territoriales afines, como con representantes de la sociedad civil. Algunas de estas citas han trascendido, como la reunión del viernes pasado con el president de la Generalitat y primer secretario del PSC, Salvador Illa. Otras se mantienen en secreto. Pero el jefe del Ejecutivo, explican en su entorno más cercano, apenas da pistas sobre sus planes. Si antes ya era un dirigente “desconfiado”, ahora, tras la implicación del hasta hace dos semanas secretario de Organización del partido en un escándalo de presunta corrupción, lo es “mucho más”. 

El partido, mientras tanto, se mantiene en vilo. La principal duda reside en la extensión del caso que ha colocado a Sánchez al borde del precipicio. Si más allá de José Luis Ábalos, Koldo García y Cerdán hay más socialistas implicados, incluido el propio jefe del Ejecutivo, y si aparecen indicios de financiación irregular del PSOE. De concretarse, ambas hipótesis harían prácticamente insostenible la tercera legislatura de Sánchez, que este miércoles insistió en su intención de volver a presentarse a las próximas elecciones generales. Pero las posibles nuevas revelaciones del escándalo dependen de la investigación judicial. Hay, sin embargo, otras cuatro importantes incógnitas cuya resolución solo está en manos del presidente del Gobierno. Son estas.

Nada más dimitir Cerdán como número tres del PSOE, a raíz del informe de la UCO que lo involucra en una trama para cobrar comisiones a cambio de adjudicaciones de obra pública, numerosos dirigentes socialistas, incluidos varios ministros, defendieron la necesidad de hacer cambios en el Ejecutivo para intentar tomar aliento y recuperar la iniciativa. Conforme pasan los días, esa posible maniobra ha ido perdiendo fuerza, con el Gobierno y el PSOE esforzándose en transmitir que el escándalo solo salpica al denominado “triángulo tóxico”, formado por Cerdán, Ábalos y García, y que no hay motivos para tomar decisiones más allá del partido. Pero el interrogante sigue sin despejarse y todavía hay una importante corriente en el PSOE que cree que antes o después, probablemente después del verano, Sánchez tendrá que cambiar a varios de sus ministros.  

Tampoco se sabe si la “reestructuración” de la Ejecutiva socialista se ceñirá al área de Organización, dirigido por Cerdán hasta su dimisión, o si el secretario general aprovechará para aprobar más relevos como el de la actual portavoz, Esther Peña, desaparecida durante estos días de miedo y depresión en el partido. La impresión en el entorno del presidente del Gobierno no es unánime. Algunos creen que todo empezará y acabará en Organización, para reforzar la tesis de que las prácticas corruptas no impregnaron al resto de áreas del partido. Otros, en cambio, creen que Sánchez irá más allá. “Pero ahora mismo todo son especulaciones”, explica un colaborador. 

Como primera medida ante la herida de la corrupción que amenaza con truncar la legislatura, Sánchez nombró el lunes de la semana pasada a un equipo interino formado por Cristina Narbona, Montse Mínguez, Borja Cabezón y Ana María Fuentes. Todos ellos desempeñan de momento las tareas de Cerdán, pero quién sustituirá definitivamente al exdirigente navarro continúa siendo una incógnita. Hay sectores del partido que presionan para que la elegida sea una mujer. Sobre todo, a raíz de los infames audios de Ábalos y García en los que hablan de mujeres en situación de prostitución como si fuesen objetos. Aquí los nombres que más suenan son Pilar Bernabé, delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, y la ya citada Mínguez, secretaria general del grupo parlamentario socialista. Pero también hay quienes defienden que el sustituto también puede ser un hombre, ya que la presidenta del partido (Narbona) y la vicesecretaria general (María Jesús Montero) son mujeres. En ese caso, los favoritos son Francisco Salazar, secretario de Acción Electoral en la Ejecutiva; Félix Bolaños, ministro de Justicia, y Óscar Puente, ministro de Transportes.  

Grande o pequeña, la reestructuración será oficial en el Comité Federal que el partido celebrará el próximo 5 de julio en Madrid. En un primer momento, la cita iba a tener lugar en Sevilla, junto a un acto de respaldo a Montero, también candidata socialista a la Junta de Andalucía, pero este enfoque ha sido aparcado ante el tamaño de la tormenta. En cualquier caso, es muy probable que el relevo de Cerdán se conozca antes, aunque tampoco está claro. Muchos dirigentes socialistas confían en que el nombre no sea revelado hasta la cita, por respeto a los miembros del organismo. 

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