Energía

La crisis por el apagón se le atraganta a Sánchez tras un mes sin respuestas y la presión de las nucleares

El desgaste del Gobierno por la última crisis sobrevenida se refleja en las encuestas y una reacción política a la defensiva, mientras la oposición agita la bandera del caos y cuestiona la agenda energética de Sánchez

El Ejecutivo intenta blindar su apuesta por las renovables y eleva la presión en Bruselas para aumentar las interconexiones a través de Francia

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene en el Congreso durante la última sesión de control al Ejecutivo.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene en el Congreso durante la última sesión de control al Ejecutivo. / José Luis Roca

Madrid

La primera reacción política de Moncloa al masivo apagón peninsular del pasado 28 de abril, una vez restablecido el suministro eléctrico, fue a la defensiva. Pedro Sánchez colocó un cortafuegos en los “operadores privados”, a pesar de que en aquel momento no se descartaba ninguna hipótesis sobre las causas, incluida la del ciberataque, y advirtió que les exigiría responsabilidades. En su comparecencia en el Congreso nueve días después del histórico cero energético, el presidente del Gobierno no solo siguió sin poder ofrecer explicaciones, sino que pidió “tiempo” e incluso habló de “meses” para llegar al fondo del asunto. Además, entró de lleno a disputar una agenda marcada por el PP, yendo al choque con las nucleares para intentar defender su hoja de ruta en política energética. Si en el Gobierno suelen presumir de haber capeado con éxito las múltiples crisis sobrevenidas desde la llegada de Sánchez a La Moncloa en 2018, el apagón se le ha atragantado al jefe del Ejecutivo, como reflejó el CIS.

En esta ocasión, el Gobierno no ha sido capaz de voltear políticamente la situación para convertirla en una oportunidad o controlar la agenda. La desautorización a Red Eléctrica por haber descartado la hipótesis del ciberataque, lo que se acabó confirmando con los días, o el haber entrado al terreno de los populares agitando el debate sobre la prórroga de las nucleares dan cuenta de ello. También lo que el PP denominó en las primeras horas “apagón informativo”. Una crítica que según una encuesta 'flash' del CIS sintonizaba con el sentir de la mayoría de la población.

Casi el 60% de los españoles valoraron como insuficiente la información proporcionada por el Gobierno, frente a un 28,4% que las consideró correctas. El presidente del Gobierno no compareció hasta seis horas después de la caída del sistema. Tanto el Centro de Investigaciones Sociológicas como las encuestadoras privadas han ratificado el boquete abierto por el apagón en la intención de voto de los electores. El desgaste por esta crisis se ha traducido, según el último barómetro del organismo público demoscópico, en un retroceso de los socialistas y un empujón de Alberto Núñez Feijóo, quien pasó a recortar una ventaja de 6,5 puntos a tan solo 2,7 en el último mes.

Al apagón de hace un mes se sumó la crisis ferroviaria, una bandera que se encargó de agitar la oposición con la acusación al Gobierno de generar caos. En Moncloa reconocen el daño que generan ambos asuntos para sus intereses, y no tanto el cerco judicial sobre presuntos casos de corrupción en el que hasta ahora se había centrado el PP para intentar hacer mella en el Gobierno.

“Tratan de trasladar un estado de ansiedad”, lamentan fuentes del Ejecutivo, para defender que “no se corresponde con los datos”. “El mundo no se acaba”, añaden para insistir en las cifras de crecimiento económico y empleo, si bien quedan enterradas ante el intangible del caos. Los socialistas confían en que la “hipérbole” de la oposición, que recriminan también respecto a la tormenta judicial, acabe volviéndosele en contra.

Lo que también reconocen en el Gobierno es que la falta de respuestas sobre el apagón les genera desgaste, pero se dicen preparados para soportar esta presión con la máxima de no cerrar en falso la investigación. Su determinación pasa por “aguantar la presión” política y social que califican de "muy fuerte. “Aguantaremos el tirón y esperaremos”, avanzaban ya hace unos días para defender la necesidad de respetar los tiempos de los técnicos e informar solo cuando se tengan certezas.

“Es duro, pero no diremos nada hasta que lo sepamos”, añadían para contraponer una investigación “honesta” a la de otras crisis gestionadas por el PP. “No vamos a hacer como el PP, que por presión cerraron en falso investigaciones”, replicaban para concluir que “ejemplos no faltan, como el 11-M, el Yak-42 o el Prestige”.

Agenda energética

Se trata de una decisión política, pero también con un componente económico y hasta de responsabilidad ante Bruselas. Las eventuales indemnizaciones podría ser millonarias, y de ahí que afeen a algunas operadoras privadas por supuestamente orientar responsabilidades o precipitar conclusiones.

Mientras tanto, el PP aprovechará para azuzar la bandera del caos, en el marco de la comisión de investigación que se abrirá en el Congreso, y relanzar el debate sobre la prórroga de la vida útil de las centrales nucleares, cuestionando la agenda energética del Gobierno basada en las renovables. Un debate que varias comunidades gobernadas por el PP pretenden llevar al orden del día de la Conferencia de Presidentes que se celebrará el próximo 6 de junio en Barcelona.

Desde la pandemia no son pocas las crisis que ha vivido el Gobierno de Pedro Sánchez y siempre ha acabado por tratar de voltearlas para acelerar su agenda y aprovechar ventanas de oportunidad. No parece que sea lo que está sucediendo ahora, más allá de haberse tomado la iniciativa, conjuntamente con Portugal, para redoblar la presión en la UE y que la península deje de ser una ‘isla energética’. La escasez de interconexiones con Francia son un problema estructural no resuelto, por la resistencia del país galo, y el Gobierno quiere poner el foco en ello para paliar este déficit.

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