El Gobierno se toma con calma el nuevo aviso de Puigdemont y confía en reconducir la relación: "Suspender no es romper"

El Gobierno y el PSOE han acogido con relativa calma la nueva advertencia de Carles Puigdemont lanzada este viernes desde Bruselas. Tras reunir a la ejecutiva de Junts, el expresident de la Generalitat ha anunciado que “suspende” las “negociaciones” con el PSOE sobre asuntos parlamentarios, una vez que la Mesa del Congreso decidiera el día anterior aplazar la espinosa cuestión de si dejaba tramitar o no la proposición de los posconvergentes para instar a Pedro Sánchez a someterse a una moción de confianza. 

Para los socialistas la clave está en la palabra escogida por el líder de Junts, que por otra parte ha pedido una reunión en Suiza, ante el mediador internacional, para continuar negociando. “Suspender no es romper”, señalan los colaboradores del jefe del Ejecutivo. Pero el aviso de Puigdemont, por lo pronto, pone en peligro la convalidación el próximo miércoles de la convalidación del decreto que contiene la revalorización de las pensiones.

Desde Valladolid, el ministro de Justicia, Félix Bolaños, muy implicado en las conversaciones con Junts, ha sido conciliador. “La seña de identidad del Gobierno es siempre llegar a acuerdos. Cuando llegamos a acuerdos con distintas fuerzas políticas diferentes a la nuestra, cumplimos. Algunos de los acuerdos a los que hemos llegado con Junts ya están en el Boletín Oficial del Estado y otros están en negociación. Cuando hay alguna discrepancia, nuestra fórmula es el diálogo. Nuestro país necesita avanzar”, ha señalado. 

Siete diputados indispensables

Pero en la coalición del PSOE y Sumar tienen muy presente que necesitan a los siete diputados de Junts para hacer avanzar la legislatura y aprobar cualquier iniciativa en el Congreso. No solo los Presupuestos Generales del Estado para este año, que cada vez se vislumbran más difíciles de aprobar, sino todas las leyes. 

Los socialistas se esforzarán durante las próximas semanas en reconducir la relación. Habrá reunión en Suiza. Y hay dos carpetas sobre las que confían en que se pueda avanzar . Por un lado, un pacto para transferir a Catalunya las competencias de migración, medida comprometida por el PSOE hace ahora un año y que de momento continúa sin resolverse. Por otro, una reunión entre Sánchez y Puigdemont. El presidente del Gobierno ya ha dejado claro que quiere reunirse con el líder de Junts, pero el encuentro no tiene fecha, ni siquiera aproximada.