Querella por espionaje
Un informe de los Mossos concluye que el móvil de la mano derecha de Puigdemont fue infectado con Pegasus
no de los terminales de Josep Lluís Alay fue espiado desde octubre de 2019, ya con Grande-Marlaska al frente de Interior, lo que Puigdemont ha aprovechado para denunciar mala praxis de la "ultraderecha policial y judicial"
Un informe de los Mossos presentado en el Juzgado de Instrucción número 4 de Barcelona en la causa abierta a partir de una querella interpuesta por el jefe de la Oficina de expresidente catalán Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay, ha concluido que uno de los teléfonos que le fueron intervenidos en el momento de su detención en octubre de 2020 fue espiado a través de Pegasus desde el 11 de octubre de 2019, según consta en el documento al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO.
El terminal fue intervenido en su día por orden del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, en el que se investigaba la presunta trama rusa del 'procés', en el conocido como caso Volhov, al que la Audiencia Provincial de Barcelona puso fin. El teléfono infectado es uno de los dos que le fueron incautados a Alay en el momento de su detención el 28 de octubre de 2020, bajo la acusación de haber ayudado a Puigdemont a huir de la justicia, investigación que inició la Audiencia Nacional y que acabó con la absolución de los mossos que acompañaban al líder de Junts cuando fue arrestado en Alemania. Los terminales habían permanecido en poder de la Guardia Civil desde entonces, y pudieron ser analizados a raíz de la querella interpuesta por el abogado de Alay, Gonzalo Boye.
En su análisis, el Laboratorio de Informática y Electrónica Forense de Mossos ha determinado que uno de los teléfonos, el Iphone 8, estuvo infectado por Pegasus desde el 11 de octubre de 2019, mientras que el otro, un Xiaomi, no presenta rastros de haber sido alcanzado por el software malicioso utilizado para espiar las comunicaciones mantenidas. Las fuentes consultadas destacan que la utilización de Pegasus en ese teléfono se produjo con Fernando Grande-Marlaska ya como ministro del Interior.
El informe explica que el iphone analizado se activó el 25 de junio de 2020 a partir de uno antiguo, lo que limita su estudio a los datos que se traspasaron en la copia. Los accesos fraudulentos se empiezan a detectar a partir del 11 de octubre de 2019. En el nuevo teléfono el espionaje comenzó a partir del 29 de junio de 2020. La información obtenida sería de al menos 3,2 gigas.
Los Mossos señalan que, aunque en el Xioami, no se haya detectado espionaje, sí encontraron un intento de contaminación a través de un mensaje con el software malicioso que no fue leído. En cambio, en el iphone, sí tuvieron éxito la decena de enlaces maliciosos detectados y los ataques concretos en los que se logró la información, en los que, según los agentes, también influyó una de las aplicaciones utilizadas por el propio Alay.
La policía de la Generalitat vuelve a corroborar así el informe pericial de la empresa de ciberseguridad Citizen Lab que identificó ataques a través de ese sistema que se supone que solo se vende a Estados para luchar contra el terrorismo y el crimen organizado en fechas diferentes a unas 60 personas relacionadas con el independentismo. El expresidente catalán Pere Aragonès también habría sido espiado con el programa Pegasus en 2018 y 2019 sin la pertinente autorización del magistrado del Tribunal Supremo que supervisa este tipo de operaciones del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que admitió haber investigado a una veintena de los señalados por el organismo de la Universidad de Toronto.
La noticia de la infección del móvil de Alay llegó al expresidente catalán a pronunciarse en la red social X. En su mensaje señala que "no fue Elon Musk, ni Trump, ni Twitter. Quien ha manipulado durante años y quien ha sacado zumo han sido políticos convencionales, policías convencionales, jueces convencionales y medios de comunicación convencionales. Todos españoles y muy españoles".
"El presidente Illa decía el otro día que no podíamos dejar la democracia en manos de multimillonarios tecnológicos aliados de la ultraderecha. La pregunta que debemos hacerle es si le parece bien, en cambio, que esté en manos de la ultraderecha policial y judicial que infecta nuestros teléfonos, espía ilegalmente y manipula informaciones para embadurnar la reputación de personas honorables y limpias como Josep Lluís Alay", afirma Puigdemont. Añade que "Franco murió hace ahora 50 años, pero la praxis que permitió que muriera como jefe de Estado y no destituido por una revuelta democrática sigue intacta".
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