El Gobierno va al choque con Ayuso para cohesionar a sus socios en medio de la tormenta judicial

Sin caer en la misma estrategia que el PP, pero sin renunciar tampoco a responder. En Moncloa y Ferraz defienden así su contraataque a los populares, con la exigencia de dimisión de Isabel Díaz Ayuso y una denuncia por injurias y calumnias, pese a denunciar la “judicialización de la política”. En medio de una tormenta judicial por el caso Koldo, la investigación a la esposa del presidente del Gobierno y la imputación del fiscal general del Estado, el Gobierno ha entrado al choque institucional y judicial con los populares. Lo primero, por la renuncia de la presidenta de la Comunidad de Madrid a acudir a la reunión con Pedro Sánchez este viernes, que califican de “gravísimo”. Lo segundo, por la inadmisión de la querella del PP por financiación ilegal, a lo que responderán con otra denuncia por injurias y calumnias.

Los socialistas echan mano del efecto bumerán y desvían el foco. Si Ayuso justificó su plantón a Sánchez por las “difamaciones”, unas horas después eran los socialistas quienes acusaban a los populares de difamar por la querella sobre financiación ilegal en el marco del caso Koldo. En medio de este choque y con la sombra de una moción de censura, que ahora enfrían en Génova y que siguen alentando desde Vox, los socialistas intentan cohesionar a la mayoría de investidura para superar este bache. Para ello nada mejor que alertar sobre que la alternativa a Sánchez la representaría el “fango y el populismo” que atribuyen a la presidenta de la Comunidad de Madrid y a quien tildan como “la jefa” de Alberto Núñez Feijóo.

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Un pegamento ante el intento de Génova de presionar a Junts y PNV para que “revisen su posición” ante la “corrupción” del Ejecutivo, pero también un cierre de filas ante la agitación en el partido. Desde el PSOE volvían a exigir este lunes al líder de los populares que pida la dimisión de Ayuso. “A todo lo que crece a su alrededor, oscuro y de lo que tendrá que dar explicaciones le guste o no”, trasladaban fuentes en referencia a los delitos fiscales de su pareja, “se añade su absoluta dejación de funciones en el cargo, usando a diario su puesto para atacar al Gobierno de España. No se le conoce otra misión, ni gestión. Por eso debe irse de inmediato, y Alberto Núñez Feijóo está tardando en pedirle ese paso atrás”.

En el Gobierno se agarran a la aprobación de los Presupuestos de 2025, ahora en el aire, como la tabla de salvación para estabilizar la legislatura. “Todo el Gobierno en general estamos continuamente hablando y trabajando con los grupos parlamentarios para forjar mayorías que permitan aprobar los Presupuestos, pero también el resto de normas de la agenda legislativa”, aseguraba este lunes el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, sobre las negociaciones con sus socios.

En los próximos días está previsto convocar la comisión bilateral con el gobierno vasco, que exige el PNV para activar un segundo paquete de traspasos de competencias, mientras que se sigue negociando con Junts la senda de déficit para dotar de más recursos a las comunidades autónomas. Con otros socios hay trabajo avanzado, mientras que Podemos situaba este lunes sus dos exigencias para apoyar las cuentas: bajar los alquileres por ley y romper relaciones con Israel.

Imposición del sector duro

Al mismo tiempo que se agita a Ayuso como pegamento y para deslegitimar la estrategia de oposición del PP, se ahondan en las supuestas diferencias internas y la imposición a Feijóo del sector duro del partido. “Feijóo ha vuelto a plegarse a los deseos de Ayuso”, apuntaban este lunes desde el PSOE para recordar que en una reciente entrevista con el diario ‘El Mundo’ aseguró que “si un presidente autonómico no acude al Palacio de la Moncloa, creo que comete un error”.

Desde Moncloa afeaban que “es la primera y única autoridad autonómica que rechaza participar en una ronda que se está produciendo con normalidad institucional y en la que se están tratando multitud de temas de vital importancia para la ciudadanía”. Por ello concluían que su renuncia a reunirse es una “irresponsabilidad y una dejación de funciones”.

Exigencia de explicaciones, por el momento

El Gobierno está logrando por el momento mantener cohesionados a sus socios en lo referente al caso Koldo. En Sumar apuestan por una defensa cerrada de Pedro Sánchez y denuncian una “cacería” en sus contra. Otros socios de la investidura sí consideran necesarias más explicaciones, aunque muestran distancias contra la estrategia del PP. En el Gobierno dicen tener atados los apoyos para evitar que el PP fuerce una comparecencia del presidente del Gobierno en el Congreso.

De cómo evolucionen las investigaciones sobre el caso Koldo y las negociaciones sobre los Presupuestos dependerá en buena medida que se mantengan estas posiciones. En el Ejecutivo insisten en su tranquilidad. A falta de los volcados de teléfonos móviles que todavía analiza la UCO de la Guardia Civil, aseguran que “no se teme nada nuevo” en esos futuros informes. Más allá del exministro socialista y exsecretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, a quien Anticorrupción ya ha pedido imputar, en el Gobierno defienden que no temen más implicados.