Comunidad Valenciana

Muere Maruja Sánchez, la tránsfuga que dio a Zaplana la Alcaldía de Benidorm

La fallecida fue una de las figuras determinantes de la política en la Comunidad Valenciana al firmar la moción de censura de 1991 que acabaría encumbrando la carrera política del exministro | Desde 2009, cuando cesó como asesora municipal tras 14 años en el cargo, vivía alejada de la vida pública

Maruja Sánchez, en 2009.

Maruja Sánchez, en 2009. / DAVID REVENGA

R. Pagés

Fue la tránsfuga más famosa de España hace tres décadas y una figura determinante que cambió el rumbo de la política no solo de Benidorm, sino también en el conjunto de la Comunidad Valenciana. Pero ha muerto en la más estricta intimidad de su hogar, sin que su fallecimiento trascendiera hasta varios días después.

María Sánchez Trujillo, más conocida como Maruja Sánchez, falleció de forma repentina el pasado 26 de mayo como consecuencia de un fallo cardiaco.

Retirada de la vida pública y totalmente alejada del foco mediático que la persiguió durante años, tras firmar la moción de censura de 1991 que permitió a Eduardo Zaplana acceder a la Alcaldía de Benidorm y que después encumbraría su carrera política, tenía 81 años de edad y ya ha sido enterrada en esa misma intimidad, rodeada únicamente de sus familiares directos y de un pequeño círculo de amigos.

Su nombre pasará a la historia por todo lo que protagonizó junto a su marido y colaborador, el también fallecido Pedro Martínez, en aquellos días de otoño de 1991viajes, escondites, guardaespaldas, presiones, dinero, encuentros secretos y un pacto con el que el Partido Popular logró desbancar al PSOE de la Alcaldía de la ciudad turística tras ocho años en el gobierno, gracias a la ayuda de una tránsfuga. Un calificativo que, no obstante, ella misma nunca acabó de asumir: "No me dejaban trabajar. No me quedaba otra que irme".

En mayo de aquel 1991, el país había celebrado elecciones municipales y autonómicas. En Benidorm, los socialistas capitaneados por Manuel Catalán Chana, lograron revalidar la Alcaldía con un ajustado resultado de 11 concejales frente a los 10 del PP y encomendaron las competencias de Bienestar Social a la bailarina y profesora de baile que habían fichado unos meses antes confiando en su tirón electoral.

Apenas les duró seis meses. El 16 de octubre de 1991, Maruja Sánchez dio la "espantá" y causó baja en el grupo municipal socialista de Benidorm, alegando de manera reiterada que sus compañeros de equipo no la dejaban trabajar. Al día siguiente, junto a su marido, inició un periplo por toda España para esconderse y escapar a las presiones de sus ya excompañeros de filas, a la vez que negociaba con el propio Zaplana y su sucesor al frente de la Alcaldía, Vicente Pérez Devesa, la moción de censura que poco después acabarían firmando.

De nada sirvieron los intentos del entonces secretario general del PSOE, Miguel Mozo, por convencerla. El 24 de octubre, Maruja Sánchez salió de su escondite para fotografiarse con la plana mayor del PP. Dos días antes habían presentado la moción de censura firmada en el Ayuntamiento, que acabaría cuajando el 22 de noviembre, cuando se celebró un multitudinario pleno que dio a Zaplana la vara de mando y que Maruja tuvo que abandonar escoltada y con su coche zarandeado por simpatizantes del PSOE local.

A partir de ahí, todo fue fácil para el matrimonio. Al menos, en el plano económico. La edil tránsfuga, escoltada desde entonces siempre por dos guardaespaldas, volvió a coger las competencias de Bienestar Social hasta el final de la legislatura, cuando ya no volvió a figurar en ninguna lista municipal. Ni si quiera en la del PP. Pero este partido supo pagarle por los favores prestados. A ella le dieron un puesto como asesora municipal y un despacho en la plaza de toros que mantendría durante otros catorce años más, con los sucesivos gobiernos de Pérez Devesa y Manuel Pérez Fenoll, a pesar de no tener asignada ninguna competencia específica.

Solo otra moción de censura, en este caso la apoyada por el también tránsfuga José Bañuls y en sentido contrario, del PSOE contra el PP, trajo consigo el cese de Maruja Sánchez como asesora en el Ayuntamiento, en septiembre del año 2009.

Mientras tanto, su marido, Pedro Martínez, también desempeñó durante algo más de una década un cargo como asesor de la Diputación, hasta su cese tras las municipales de 2007, mientras que otros familiares de la exedil encontraron temporalmente acomodo como funcionarios en el Ayuntamiento o en otros entes, como la entonces televisión pública Canal 9.

Poco antes de ser cesada tras prosperar la moción de censura que encumbró a Agustín Navarro, Maruja Sánchez no quiso irse de vacío. "Lo de la moción fue casi de milagro, en realidad. Yo estaba harta del comportamiento del gobierno socialista de Benidorm porque preparaba mociones para ayudar a los más necesitados y ellos me las tumbaban como si estuviera loca. Ni Zaplana ni el PP me compraron. Lo único que hizo Zaplana fue comprometerse a apoyar todas las responsabilidades que yo había contraído en el departamento de Servicios Sociales. La casta política de Zaplana no hay que descubrirla", declaró en una entrevista a este diario en septiembre de 2009, la última que concedió antes de retirarse de la vida pública.

El resto, ya es historia.