Andalucía

El ‘susanismo’ como estado de ánimo

A la propia Susana Díaz le permitirá mantener los focos encendidos durante todo el año electoral

Susana Díaz, durante su visita al Día de la Tapa de la localidad malagueña de Almargen, en una imagen publicada en la cuenta para la difusión de su actividad pública habilitada en Twitter.

Susana Díaz, durante su visita al Día de la Tapa de la localidad malagueña de Almargen, en una imagen publicada en la cuenta para la difusión de su actividad pública habilitada en Twitter.

Cristóbal G. Montilla

El ‘susanismo’ bumerán al que asiste el PSOE andaluz desprende, a medida que se van destapando sus naipes, una mezcla de medida de presión y de inversión. Es, para un sector nada desdeñable del partido, un estado de ánimo. A la propia Susana Díaz le permitirá mantener los focos encendidos durante todo el año electoral. Para decir ‘aquí estoy yo’ y reivindicar el espacio que ella cree merecer, pese a la derrota incontestable cosechada en las primarias socialistas sureñas. Dicho a las claras: por lo que pueda pasarle al ‘sanchismo’. Y para asistir lejos del ostracismo a la previsible caída en desgracia del compañero que la desbancó en junio de 2021 -con la venia de la madrileña calle Ferraz- en las urnas internas del ‘puño y la rosa’, el exalcalde hispalense Juan Espadas Cejas.

Y los afines de la trianera, que en algunos casos también están empezando a reaparecer a su lado, harán la apuesta del que no tiene nada que perder. Porque lo tienen ya casi todo perdido con vistas al mermado reparto de cargos que se espera tanto de las municipales del 28 de mayo como de las posteriores elecciones generales, que le echarán el cierre político a este 2023. O no. Puede que haya quien se deje desactivar, y le eche el freno a su vitola de crítico, si pilla acomodo en una Diputación Provincial o, luego, un puesto de salida en las listas otoñales para el Congreso de los Diputados o el Senado.

Sea lo que fuere, habrá ‘susanismo’ para rato. Y del escaparate previo a la vigente convocatoria electoral ya no la echan, como se dice por estos lares, "ni con agua caliente". Lo dejó claro el otro día la propia Susana Díaz, cuando agradeció todo el cariño recibido en un mismo sábado en el doblete que hizo en las localidades malagueñas de Almargen y Villanueva del Trabuco: "Así y hasta el 28M para que nuestros alcaldes y alcaldesas revaliden y ganemos más alcaldías". Esa jornada, la ‘senadora catódica’ metió una marcha más en su incipiente vuelta a los ruedos. Incluyó en el despliegue de sus redes sociales la retransmisión en directo del mitin. Incluso, publicó un vídeo previo en el que, al igual que Pedro Sánchez cuando él tampoco tenía nada que perder, la militancia le daba cobijo en sus casas.

"Aquí estamos, hemos hecho una parada en el camino en casa de mi Gracia", decía Susana Díaz junto a la vecina de Villanueva del Trabuco que le ofreció café y un lugar para descansar antes del segundo ‘bolo’ sabatino.

Al mismo tiempo, está claro que los caminos para la supervivencia con las mismas siglas son variados y desiguales entre quienes se resisten a dar un paso al lado para que entre savia nueva, que son la mayoría. El que fuera junto a Paco Conejo ‘susanista mayor’ de esta provincia, José Luis Ruiz Espejo, está escenificando que él no se sale del actual tiesto y suele asentir mientras Espadas habla en las visitas del líder andaluz a territorio malagueño. Ruiz Espejo está recogiendo la cosecha de lo que pactó para cederle sus apoyos y la secretaría general a Dani Pérez, cuya traición de un día para otro le dolió especialmente a Susana Díaz. El antequerano vuelve al Ayuntamiento de su ciudad y se ha echado a las calles. Véanse la Semana Santa o su incursión en los éxitos futboleros del equipo local, aunque el presidente del club sea el concejal del PP y secretario de Organización en la calle Génova, Ángel González.

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