Violencia sexual

Justicia defiende que su propuesta evitará que las mujeres se enfrenten a un calvario probatorio

Fuentes del departamento de Pilar Llop niegan que la reforma dinamite el consentimiento

La ministra de Justicia, Pilar Llop.

La ministra de Justicia, Pilar Llop. / EP

Violeta Molina Gallardo

El Ministerio de Justicia defiende que su propuesta para reformar el Código Penal no sólo está basada en el consentimiento, sino que hará más llevadero el procedimiento judicial para las víctimas, pues cuando existan violencia, intimidación o se anule la voluntad de la víctima jamás se entenderá que pudo existir el consentimiento.

Fuentes del departamento de Pilar Llop han asegurado este lunes que la proposición de ley con la que buscan acabar con los efectos indeseados de la ley del sólo sí es sí acabará con el llamado calvario probatorio en los juicios, ya que entienden que conllevará un relajo en la exigencia de pruebas: si hubo violencia fue imposible que consintiera, si concurrió intimidación fue imposible que consintiera, si tenía anulada la voluntad fue imposible que consintiera.

Con ese argumento, Justicia niega los argumentos del Ministerio de Igualdad, que estima que introducir la violencia y la intimidación como factores determinantes del tipo penal provocará que en la práctica las mujeres no sólo tengan que probar si consintieron, sino que además se las cuestionará sobre si se resistieron y cuánto se resistieron.

Para Justicia, la rebaja de penas es un grave problema que ha generado una enorme preocupación social, ante lo cual se ha optado por la decisión política de reformar el Código Penal.

La proposición de ley que los socialistas han registrado este lunes, tras no llegar a un acuerdo con Unidas Podemos, establece una gradación de las penas por agresión sexual y agresión sexual con penetración en función de si estos delitos se perpetraron con violencia, intimidación o habiendo anulado la voluntad de la víctima.

El Ministerio de Igualdad afirma que este cambio supondría volver al Código Penal anterior y recuperar el cuestionamiento de las víctimas en los procesos judiciales.

Sin embargo, fuentes de Justicia señalan que con su reforma se ajustarán las penas a la gravedad de los delitos y se limitará el margen de interpretación de los jueces partiendo de la idea de que siempre debe ser más reprochable jurídicamente un delito sexual con violencia que otro que se comete sin recurrir a ella.

El Ministerio reitera que es más sencillo probar violencia o intimidación (por ejemplo, cuando la víctima haya sido herida) que el consentimiento.

Lamentan desde este departamento que en estas semanas se hayan lanzado mensajes confusos desde Igualdad con respecto a cómo esta propuesta puede impactar en el consentimiento, algo que niegan de plano. Afirman que el proceso será mucho más fácil para la víctima con los cambios que sugieren.