El Congreso tiene unos cuantos termómetros de la temperatura político-parlamentaria. Uno de ellos, como se ha contado por aquí en diversas ocasiones, es Aitor Esteban. El portavoz del PNV suele retratar con precisión los malestares. Que el Gobierno usa con asiduidad ardides para arrinconar las iniciativas de la oposición, ahí está el diputado por Vizcaya. Que el Gobierno mete mucha prisa para hacer algunas leyes y luego vienen fallos y lamentos, oigan su voz. Otro que sirve para explorar estados de ánimo, en este caso el de la izquierda, es el valenciano Joan Baldoví. Si está enfadado con un trámite, ojo: conviene indagar. Y está, por supuesto, ERC.

Es encomiable o sorprendente, según se mire, la facilidad con la que el portavoz de los independentistas, Gabriel Rufián, marca la agenda. Influye su facilidad para transmitir ideas y mensajes (otro debate es que guste o no guste). E influye, sobre todo, que su partido tiene 13 escaños en el Congreso y que si estos 13 se alían con los actuales 153 del Gobierno (PSOE y Unidas Podemos), la mayoría se despeja. En otras palabras: a Sánchez le interesa tener a Esquerra en el “sí”, o como muy lejos en la abstención, para acercarse a la estabilidad. Si Esquerra opta por el voto en contra de una ley, a temblar y a trabajar a destajo para salvarla.

Cuentan las fuentes de los republicanos que con su exigencia de reformar el Código Penal para acabar con la vigente tipificación del delito de sedición no quieren condicionar la negociación presupuestaria. Son procesos con caminos propios, añaden. Sin embargo, todas las fuentes consultadas reconocen que si eso fuera así, usemos la siguiente hipótesis: el Gobierno comunica a ERC que la sedición no se toca. ¿Qué haría Esquerra? ¿Apoyar los presupuestos? Dudoso.

Rufián sobre la reforma del delito de malversación: "Se trata de que no se utilice el Código Penal como castigo ideológico"

Rufián sobre la reforma del delito de malversación: "Se trata de que no se utilice el Código Penal como castigo ideológico" Agencia ATLAS | EFE

La realidad es que con la legislatura al borde de su último año el Gobierno de Pedro Sánchez ha iniciado un trámite exprés para reformar el Código Penal y “europeizar” o “homogeneizar” con la UE el tipo de la sedición, que es el que hizo que Oriol Junqueras, líder de Esquerra, pasara un tiempo en la cárcel. Pudo hacerlo durante los tres años anteriores, pues lo más duro de la pandemia, aquella época del confinamiento domiciliario obligatorio, acabó antes del verano del año 20. Pero no lo ha hecho hasta ahora. ¿Por qué?

Las fuentes de ERC explican que la demanda no se la transmitieron al Gobierno este verano por primera vez. Llevan toda la legislatura avisando. Si no han reivindicado la oportunidad del cambio en el Código Penal hasta octubre de este año es porque estaba claro que no era el momento. ¿Ahora sí? Nuevamente la pregunta.

En verano, apuntan las fuentes, una delegación de Esquerra dijo a una delegación del Gobierno: “hay que abordar esto”. “Esto” es la reforma del delito de sedición. ¿Fue en el tercer encuentro de la Mesa de Diálogo, en julio? Las fuentes no lo dicen. ¿Fue después, en alguna de las muchas conversaciones que tienen Gabriel Rufián y Félix Bolaños, ministro de Presidencia? Silencio.

La cronología traza una senda diáfana al respecto: la ministra de Hacienda presentó el proyecto presupuestario a primeros de octubre; Rufián advirtió al Gobierno de que “se ahorrara el ‘pressing’” y de que "el voto de Esquerra se suda". Poco después trascendió que una exigencia de la formación independentista era “avanzar en la desjudicialización del conflicto de Cataluña”. Y poco después trascendió que eso tenía que ver, directamente, con la derogación o modificación de la sedición.

Un mes después, el presidente, Pedro Sánchez, anunció que el PSOE y Unidas Podemos registrarían una proposición de ley al respecto. Dicho y hecho en 24 horas. El jueves que viene, el pleno del Congreso debatirá la toma en consideración de la medida. ERC, actualmente, vive en la discreción, pero también en la satisfacción.

Rufián ha sido, en cumplimiento de una instrucción dada por su jefe, firme defensor de la influencia en Madrid. Algo ha cambiado en Esquerra. Desde aquel grupo que lideró Joan Puigcercós en 2004 y que fue importante en la tramitación del nuevo Estatuto de Cataluña (luego fue apeado por el pacto PSOE-CiU) hasta hoy, han pasado 18 años. ERC ha vivido en la irrelevancia la mayor parte de este tiempo.

Pero tanto en el verano como en las navidades de 2019, Rufián dijo a Adriana Lastra, entonces portavoz socialista, que quería jugar en la política nacional. Delimitaron el campo: políticas sociales en el Congreso; solución del conflicto catalán entre gobiernos. La primera prueba de la alianza, la investidura de Sánchez. Los 13 la respaldaron.

Gabriel Rufián. EFE

Ha habido más. Dos sobresalen. Una, presupuestos de 2022: ERC cogió una de sus banderas, la lengua catalana, y dijo: hay que blindarla en el catálogo de las plataformas audiovisuales, es decir, en la ley audiovisual. Si no, no apoyaría los presupuestos. La otra, presupuestos de 2023 y la apuesta de Esquerra por suavizar las penas del delito de sedición.

Pero… ¿Por qué tan rápido? El PSOE admite que hay que desplazar esta reforma todo lo posible de las elecciones autonómicas y municipales de mayo del año que viene. A ERC no le va mal la apuesta cara a esos comicios, que en Cataluña serán sólo locales. El partido de Rufián se juega muchísimo en el ámbito municipal, no en balde él va a ser candidato a la Alcaldía de Santa Coloma. Aitor Esteban, que sí, que es del PNV pero se entera de todo, fue gráfico. Le preguntaron en RNE por qué el Gobierno va tan rápido con la reforma de la sedición. “Hay elecciones en mayo”, contestó.

El PSOE, en su paradoja

El 21 de abril, el presidente del Govern de la Generalitat, Pere Aragonès, fue al Congreso a reunirse con los partidos catalanes representados en la Cámara para hacer un frente común contra el Ejecutivo. Motivo: el escándalo de espionaje “Pegasus”. Sí que se complicaron las relaciones, como nunca en la legislatura actual.

Hasta tal punto se fue ERC de cualquier entendimiento que anunció que iba a votar en contra de la convalidación del decreto anticrisis que por aquel entonces había aprobado el Gobierno para resistir los embates económicos y sociales de la guerra de Ucrania. Entre las medidas, el descuento de 20 céntimos por litro de combustible. Pero como el PSOE no quería investigar en el Congreso el escándalo y no estaban sus mandatarios dando las explicaciones adecuadas, a juicio de Esquerra, los 13 votaron en contra al decreto. El Ejecutivo lo salvó por los pelos, gracias a EH Bildu.

Pere Aragonès y Pedro Sánchez. EP

Rufián habló con Bolaños, Lastra y el nuevo portavoz socialista, Héctor Gómez, para distender las relaciones. No fue posible. Esquerra eludió apoyar la ley de memoria democrática y la ley de los planes de pensiones, estamos en las puertas del verano. Los socialistas ni siquiera negociaron. Ahora bien, dos hechos revirtieron la tendencia al disenso: el debate sobre el estado de la nación de mediados de julio y la reunión de la mesa de diálogo de finales de ese mes. 

¿Saben qué acordaron ambas delegaciones ese día en la Moncloa? “Las partes seguirán trabajando para alcanzar futuros acuerdos políticos en una dinámica muy diferente a la de los últimos años que afectó de forma grave las relaciones políticas e institucionales y polarizó las posiciones políticas y sociales, especialmente dentro de Cataluña”. El extracto es del comunicado de Moncloa.

¿Y saben qué argumentos está dando el Gobierno y el PSOE para defender la reforma de la sedición? La mejora de la convivencia en Cataluña. En el mismo argumento enmarca Sánchez una más improbable reforma del delito de la malversación, algo por lo que aboga ERC y sobre lo que en unos días presentará una propuesta.

Las alusiones a la convivencia en Cataluña, sin embargo, perfilan el tamaño de una paradoja que afecta al PSOE: cuanto más se acerca a ERC, más estabilidad parlamentaria tiene, pero, a la vez, más se aleja de sus bases en varios territorios del país. A los militantes de Andalucía, Extremadura, Aragón, Castilla-La Mancha o Madrid no agradan estas sintonías, como bien saben y declaran los barones de estos territorios. El líder del PSC, Salvador Illa, tiene una opinión diferente. Es comprensible que el Gobierno quiera zanjar esta reforma del Código Penal cuanto antes.

El jueves que viene, los socialistas padecerán la paradoja. El PP no va a perder un segundo en recordársela. La secretaria general y portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, ya lo ha hecho. “El jueves se van a aprobar los presupuestos, y justo después Sánchez va a empezar a pagar los apoyos”, dijo este viernes. Efectivamente, tras el previsible visto bueno a las cuentas, el pleno comenzará a debatir la admisión a trámite de la proposición sobre la sedición. Saldrá adelante porque los aliados parlamentarios la apoyan. Lo de la malversación es otro cantar.

Rufián tiene muy claro que en cuanto acabe el año, la alianza con el PSOE no será la misma. No habrá que defenderla con denuedo. Pocas cosas le quedan a los republicanos en la despensa, acaso la ley de vivienda. Pero su agenda acabará seguramente con el último día de 2022 y el PSOE espera que para entonces no sea demasiado tarde.