Corinna Larsen tuvo acceso a "documentos gubernamentales clasificados" del Estado, según relata este lunes el podcast 'Corinna y el Rey', que ha emitido su tercer capítulo. Lo hacía de forma tan habitual, que la amante del entonces jefe del Estado llegó a considerarlo parte de sus ocupaciones habituales.

En su campaña contra Juan Carlos I, Corinna dispara de nuevo, esta vez presentando a su expareja como un vago irresponsable. El reportaje por entregas, basado en la versión de la comisionista alemana, ha arrancado su tercera entrega revelando, en palabras de ella, que Juan Carlos de Borbón "a menudo prefería quedarse viendo una película del oeste y me decía '¿Podrías leer esto y decirme qué está pasando?'". Según su versión, el entonces rey de España prefería no contratar a un asesor personal por desconfianza.

Corinna relata además un desencuentro grave con quien fuera director del CNI, Alberto Sáiz, cuando ella pretendió que Juan Carlos presidiera un congreso sobre propiedad intelectual que estaba montando con su empresa. Lo proponía como algo normal después de haber presenciado un supuesto generalizado clima de corrupción "y "trapicheo" en torno al rey. "Quiero hacer algo... ¿y ahora hay reglas?", espetó Corinna cuando Sáiz le anuló el congreso.

Viaje a Ryad

El reportaje aborda también, y por primera vez, uno de los capítulos más delicados del reinado de Juan Carlos I, situando la narración al rey emérito "detrás de un megaproyecto en particular: el ave a la Meca", en el que debía apoyar en primer lugar la plica de la constructora OHL para conseguir que la obra se la llevara una firma española.

El podcast sitúa a Corinna como personaje de importancia en las negociaciones, alojada no con las mujeres del séquito, sino con los hombres de negocios: "ella está allí para trabajar, ella está allí para firmar algunos de los acuerdos y contratos más importantes de España" dice la narración.

Corinna Larsen acabó "haciendo asesoría" para un fondo bilateral de inversión de 5.000 millones de dólares que se pactó sin llegar a materializarse, y en ese viaje "realiza unos tratos bastante controvertidos para el rey, que acabarán explotando por todas partes".

Enseñar los colmillos

El reportaje por entregas 'Corinna y el Rey', a medio camino entre la venganza de la amante, el memorial de agravios y la exhibición de colmillos, se adentra esta semana en el relato de relaciones amorosas de Juan Carlos I, y presenta a Corinna como víctima de la envidia de su corte de empresarios y financieros "según aumentaba la influencia" de la amante, así como de la ira de la reina Sofía, "hostil y obsesionada con esa relación".

Bajo el título 'La envidia', este capítulo del documental transita también por un pasado de amoríos de quien "es conocido como el mayor golfo de todos", y cita a personajes como Marta Gayá o Bárbara Rey, pero cambia la sintonía de fondo de historias de revista del corazón por una música trágica cuando apunta unas líneas sobre una supuesta amante "de 18 años" del Rey, Sandra Mozarowsky, que murió en los años 70 al precipitarse desde un balcón. Según la voz en off narradora del podcast, falleció estando embarazada. "Nadie habla de ello, y el silencio les sirve a todos", dice.

El reportaje no ahorra detalles al contar que el palacio de la Zarzuela tenía una zona separada para Juan Carlos, protegida por una puerta blindada, según el podcast para evitar que lo espiaran los ayudantes de la reina.

Pero eso no sirvió para evitar el primer choque, durante la primera y única visita de Corinna y unos amigos al palacio creyendo que Sofía no estaba. La reina apareció de repente "hirviendo de ira" y, mirando a Corinna, le dijo "Sé quién eres". La ex amante comenta ahora: "Creo que no es una actitud digna para alguien de su edad. Provocó que sintiera aún más pena por ellos".