El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón ha abierto una nueva pieza del caso Tándem, la número 35, para comprobar si los nuevos encargos efectuados a José Manuel Villarejo que han sido descubiertos en los últimos meses por la Policía realmente se materializaron y cobraron por el excomisario para así poder investigarlos.

Se trata de una pieza de "investigación patrimonial" del grupo Cenyt -entramado del excomisario- en la que los investigadores se centrarán en verificar los "pagos y cobros realizados a través de determinadas sociedades vinculadas" a Villarejo a lo largo de trece años, entre 2004 y 2017, según el auto del juez, al que ha tenido acceso Efe.

En ese período de tiempo se ubican los nuevos encargos que la Unidad de Asuntos Internos de la Policía ha ido descubriendo y remitiendo al juzgado en los últimos meses a raíz del análisis de los efectos que se intervinieron a uno de los investigados de la causa.

Con el objetivo de priorizar "esfuerzos y medios, personales y materiales", el juez ha acordado que se investigue primero "si el servicio llegó a prestarse o no, es decir, si los tratos preliminares cristalizaron en un auténtico trabajo o si, por el contrario, simplemente nos hallamos ante proyectos de encargos no consumados, y por los que no se habría abonado cantidad alguna".

Por ahora, dice García Castellón, la investigación se centrará en obtener la declaración de operaciones con terceros de más de 3.000 euros en esos 13 años, "puesto que dicha diligencia revelaría todos los pagos declarados emitidos/recibidos por las sociedades enunciadas".

La apertura de la nueva pieza coincide con el fin del primer juicio al excomisario, que durante casi un año se ha sentado en el banquillo acusado de valerse de su condición policial para lucrarse con tres proyectos concretos -Iron, Land y Pintor-, unos hechos por los que se ha enfrentado a una petición de la Fiscalía Anticorrupción de 83 años de prisión.

Junto a él han sido juzgados varios antiguos policías acusados de ayudarle a conseguir información confidencial, los clientes que le contrataron para investigar a terceros y supuestos colaboradores del grupo Cenyt, incluidos su mujer y su hijo.