“¿Qué Estado del Bienestar queremos?”. Con esta pregunta como pilar argumental, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se lanzó a tumba abierta a defender su reforma fiscal, planteada como un salvavidas para las clases bajas y medias y una exigencia mayor a quienes más recursos poseen. “Esta vez los costes de la crisis no pueden caer en exclusiva en la clase media y trabajadora como con la anterior crisis financiera. Esta vez, los más pudientes tienen que arrimar el hombro para ayudar a este país”, alegó.

Sánchez intervino en la clausura del IV Foro La Toja que durante tres días ha reunido en el concello de O Grove a personalidades políticas y económicas para debatir sobre el futuro y el presente, condicionados ambos por lo que todos han denominado “incertidumbres” derivadas, principalmente, de la guerra en Ucrania.

El presidente el Gobierno no pudo asistir al acto por haber dado positivo por COVID-19 y envió un vídeo que supuso todo un alegato a favor del incremento de impuestos a las rentas altas, la rebaja a las bajas y una enmienda a las propuestas del PP.

“La justicia social requiere que cada cual aporte en función de su capacidad”

El contexto es clave. Gobiernos autonómicos del PP como Galicia, Andalucía o Madrid han lanzado diferentes rebajas fiscales en el impuesto de Patrimonio que grava a los millonarios y deflactaciones del IRPF, es decir, adecuaciones de los tramos impositivos a la crisis de precios, con un IPC que en septiembre se moderó, pero ha causado la mayor crisis en este terreno en cuatro décadas. Esa decisión arrastró decisiones de gobiernos socialistas como el de Valencia y, luego, a Moncloa, pero con más castigo a los ricos, para atajar la inflación “Mitigar ese impacto constituye la prioridad del Gobierno”, comenzó Sánchez su intervención grabada en la que defendió al Estado, recordando su papel de escudo contra el COVID. “No hay mayor herramienta para combatir la desigualdad y defender la justicia social que el Estado del Bienestar. Pero la justicia social requiere de una condición de partida: justicia fiscal. Que cada cual aporte en función de su capacidad”, reclamó.

Pedro Sánchez clausura el Foro La Toja. Gustavo de la Paz / EP

Un día después de que en el mismo foro el líder del PP estatal, Alberto Núñez Feijóo, tachase de “decepción y grave error” la reforma fiscal avanzada por el Ejecutivo, Sánchez acusó, de manera implícita, a los populares de “irresponsabilidad fiscal” e incluso atacó a los “brujos que proclaman que el dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos”. Ahí recordó que el coste de un ingreso en la UCI por COVID superó los 19.000 euros, con 7.500 por una hospitalización. “Si queremos que el dinero no salga del bolsillo de los ciudadanos, ¿confiamos la extinción de incendios al bolsillo de los ciudadanos?”, cuestionó. “¿Dónde está mejor el dinero: en el bolsillo de unos pocos o en una Atención Primaria que salva vidas?”, añadió luego.

“Es tiempo de elegir: ¿Fortalecemos o debilitamos el Estado del Bienestar?”

“Es tiempo de elegir y las opciones son claras: ¿Fortalecemos o debilitamos el Estado del Bienestar? ¿Robustecemos los servicios públicos o nos fragilizamos? ¿Protegernos colectivamente frente a los riesgos de futuras crisis o desarmarnos a la hora de responder a esos riesgos?”, preguntó Sánchez, que comparó, en un contexto de encuestas que ponen en peligro su continuidad y generan señales de alerta en las comunidades y ayuntamientos socialistas ante las municipales de mayo, la reforma fiscal de su gobierno con la del PP. “La deflactación lineal del IRPF carece de progresividad”, indicó el dirigente, tras anunciar que no reconocerá las anexiones rusas de territorio ucraniano.

Foto de familia de los asistentes al IV Foro la Toja en la Illa da Toxa, en O Grove Gustavo de la Paz

Alfonso Rueda

Y ahí tiró de cifras para minusvalorar las recetas fiscales del PP. “Para un trabajador con dos hijos, el ahorro con nuestra reforma es de 330 euros, frente a 20 o 25 de esas. Serían 669 para un pensionista que cobre 16.500 euros frente a 20 o 25 de esa propuesta. Esa es la diferencia. Lo demás es confusión y una gigantesca cortina de humo”, comparó Sánchez, que subió un peldaño de intensidad. “Cualquier alivio fiscal debe centrarse en la mayoría social y no en una minoría y en los poderosos”, resumió, si bien el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, reaccionó después de la intervención y se refirió al impuesto a las grandes fortunas. Cree que puede colisionar con el impuesto de Patrimonio, competencia autonómica. “Si invadiese nuestras competencias y capacidades de corresponsabilidad fiscal, nosotros desde luego también actuaríamos”, advirtió.