Tras ser nombrado en el Consejo de Ministros de este lunes, el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortíz, se desplazó este martes a Palma de Mallorca para prometer su cargo ante el rey Felipe VI en el salón gótico del Palacio Real de La Almudaina. La premura obedece a la necesidad de cumplir estos trámites ahora para poder tomar posesión a principios de septiembre y así poder ya representar al ministerio público en el acto de apertura del año judicial, previsto para el 7 de septiembre.

Como es tradición el nuevo fiscal general prometió su cargo sobre la Constitución abierta por la página del artículo 124, que es el referido a la Fiscalía. Al acto asistieron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la ministra de Justicia, María Pilar Llop, el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, la delegada del Gobierno en les Illes Balears, Aina Calvo, el secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallès, y la directora general de Seguridad Jurídica y Fe Pública, Sofia Puente.

El nombramiento se ha producido, tras ser propuesto el mismo día que su antecesora, Dolores Delgado, renunció al cargo por motivos de salud, y después de haber pasado el examen del CGPJ y de la Comisión de Justicia del Congreso, donde confesó haberse sentido ante "un Tribunal del Honor" por las críticas que el sector conservador del órgano de Gobierno de los jueces realizaron contra él sin darle oportunidad de defenderse.

García Ortiz, hasta ahora mano derecha de Delgado, al estar al cargo de la Secretaría Técnica, utilizó la presencia de los portavoces de todos lo Grupos Parlamentarios para reivindicar la labor de su antecesora, atribuirse los fallos que se hubieran podido cometer y dar respuesta a todas las objeciones que recibió desde que se supo que sería el próximo fiscal general del Estado.