El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se reunirán el próximo 15 de julio, en un encuentro que servirá para acercar posiciones después del espionaje al que se vieron sometidos varias decenas de líderes independentistas -entre ellos Aragonès- y como prólogo a una nueva reunión de la mesa entre gobiernos. La cita tendrá lugar en la Moncloa.

El anuncio se ha producido después de la reunión entre el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y la 'consellera' catalana de Presidència, Laura Vilagrà. El encargado de anunciar la cita entre los dos presidentes ha sido Bolaños, que en todo momento ha querido subrayar que el Gobierno y la Generalitat han retomado la senda de la búsqueda de acuerdos. "El camino del diálogo funciona, vamos a perseverar en él. En cuatro años de diálogo, Cataluña ha avanzado más que en las tres legislaturas anteriores de ruptura. Hemos superado unos tiempos de tensión insoportable. Nunca más esa tensión que se sufrió en 2017 y en 2019", ha dicho en alusión tanto a la declaración de independencia como a los disturbios que provocó la condena judicial contra sus impulsores.

Vilagrà ha coincidido con él en la importancia del diálogo, pero ha diferido del ministro tanto en el grado de cautela -más elevado en el caso de la Generalitat- como en el vocabulario que ha empleado. La 'consellera' ha subrayado en varias ocasiones las palabras "espionaje", "represión", "negociación" y "conflicto", que Bolaños ha obviado. Y ha asegurado que la "normalización" de las relaciones entre los dos gobiernos no podrá llegar hasta que se vea en los próximos meses si se "para la vía judicial" en los casos contra independentistas que continúan abiertos y si se "reconstruye la confianza" entre los ejecutivos.

La reunión entre Sánchez y Aragonès servirá para allanar las futuras citas de la mesa de diálogo entre gobiernos. En concreto, está previsto que ese órgano se convoque dos veces antes de final de año, según ha desvelado Vilagrà, "siempre que haya resultados" en los encuentros técnicos previos.

La cita de este viernes, que ha durado casi dos horas, se ha desarrollado en un ambiente mucho más distendido que los dos anteriores que mantuvieron los mismos protagonistas. Por ejemplo, a diferencia de lo que pasó en abril, Vilagrà ha recibido a Bolaños en la puerta del Palau de la Generalitat, donde ambos se han saludado antes de acceder al despacho de la 'consellera'.

La Generalitat sigue denunciando el espionaje del 'Catalangate', y Pere Aragonès incluso ha presentado una querella contra la exdirectora del CNI, Paz Esteban, y la empresa NSO Group, creadora del software Pegasus que se utilizó para espiar los móviles de decenas de dirigentes independentistas. Sin embargo, en esta ocasión, a diferencia de lo que sucedió en abril, Vilagrà no ha pedido a Bolaños que dejaran los teléfonos fuera de la sala donde se celebró el encuentro.

Bolaños y Vilagrà ya se reunieron en Madrid hace dos semanas, y fue en aquel encuentro en el que se comprometieron a que Sánchez y Aragonès mantendrían una reunión antes de las vacaciones de verano, y a acordar una metodología para retomar la mesa de diálogo entre ambos ejecutivos.

En este sentido, tanto el ministro como la 'consellera' han asegurado que ese texto, que se presenta este viernes, ofrece "garantías y condiciones para reforzar el diálogo". Aunque en esta ocasión los matices también han sido significativos: Vilagrà ha insistido en que este tipo de documentos "son habituales en la negociación de conflictos políticos", mientras que Bolaños lo ha circunscrito a que consagra la apuesta por "la confianza como método de trabajo".