Las lecturas del barómetro municipal irán por barrios, como de costumbre. Pero hay una cosa que no se puede discutir: Más de la mitad de los barceloneses no tienen ni idea de a quién votarán en las municipales de 2023. O no tienen ni idea de a quién votar, porque el tiempo verbal presente marida bien con el desconocimiento del espectro municipal (la mayoría de los candidatos son auténticos desconocidos) y la indiferencia que cada vez más genera la clase política en los barrios. La encuesta semestral del ayuntamiento deja un panorama electoral mucho más apretado que en diciembre. Barcelona en Comú sigue al frente en intención de voto, pero ha perdido tres puntos, mientras que Esquerra araña siete décimas. O sea, los 'comuns' bajan en picado y los independentistas suben ligeramente. Con el PSC en una línea constante y el resto de partidos, con porcentajes, por ahora residuales. Todo esto sucede en un momento de pesimismo, con el 30,8% de los residentes convencidos de que las cosas irán a peor en la ciudad, el valor más alto de los últimos seis años. Y con Ada Colau como cuarta líder mejor valorada (o cuarta por la cola) con una nota media de 4,1, la más baja de toda la serie histórica (desde 1990), empatada con la que logró Jordi Hereu tras la consulta de la Diagonal (junio de 2010).

Barómetro de Barcelona.

Barómetro de Barcelona.

Es el último barómetro con resultados electorales, puesto que en el de diciembre que viene, ante la cercanía de las urnas, ya no se incluirán las preguntas políticas. A ese 35,8% de indecisos hay que sumarle un 9,7% que no contesta y un 11,9% (dos puntos más) que dicen que se abstendrán. Es decir, un 57,4% de los entrevistados no apuestan todavía por ninguna de las opciones. En este sentido, hay un par de datos que deben tener en alerta al gobierno municipal: por un lado, la gestión municipal, que se cuela en el podio de las inquietudes ciudadanas, y por el otro, la sensación de que vamos a peor, con un 30,8% de los entrevistados que consideran que la capital catalana empeorará en el futuro, el porcentaje más alto desde 2016, solo superado en los últimos 30 años por los momentos críticos de la crisis de la década anterior (32,4% en junio de 2012).

Todo por decidir

El hecho de que Barcelona en Comú gane con un raquítico 11,9% ayuda a entender hasta qué punto las cosas pueden variar. Por todo ello, Esquerra, que tiene en Ernest Maragall al único líder que consigue un aprobado (5,2), considera que estos resultados ponen de manifiesto, según ha señalado este lunes el concejal Jordi Coronas, que la ciudad vive "un cambio de ciclo ante un gobierno agotado que no atiende las preocupaciones de la ciudadanía".

Valoración de los líderes municipales.

Valoración de los líderes municipales.

Para que se hagan una idea de hasta qué punto la situación es volátil, con los resultados de este barómetro ni PP ni Ciutadans lograrían un solo concejal (tampoco la CUP, que perdió sus tres ediles en 2015), y Junts entraría en el pleno municipal rozando el larguero. Hay todo tipo de argumentos para explicar estas cifras tan bajas. Una de ellas, sin duda, el hecho de que la ciudadanía no conoce a sus representantes políticos: el 82% no saben quién es Eva Parera (Valents), el 90,6% no han oído hablar de Luz Guilarte (Cs) y al 47% no le suena de nada Josep Bou (PP). Jaume Collboni, a pesar de ser el primer teniente de alcalde, también tiene a un 36,6% de la ciudadanía que no le reconocería por la calle. Y un 3,7% no saben quién es la alcaldesa de Barcelona. Nunca Colau había pasado tan desapercibida, puesto que es más del doble que lo esgrimido en el barómetro anterior y el porcentaje más alto desde que entró en política.

La última vez que un partido logró superar el 20% de intención de voto en un barómetro sucedió en diciembre de 2011, con CiU marcando un 23,6%. En el caso de los 'comuns', el techo lo alcanzaron en mayo de 2016, con un 17,9%, mientras que Esquerra acarició el cielo en junio de 2018 con un 16,2%. Los socialistas no han pasado del 10% en los últimos seis años (lejos queda el 40,8% de septiembre de 1996) pero son los que más han mantenido una cierta estabilidad.

Lo que importa

En cuanto a las preocupaciones de los ciudadanos, la inseguridad se mantiene en lo más alto, con el porcentaje más elevado desde finales de 2019, justo antes de la pandemia. Le siguen la limpieza y la gestión política municipal, que con un 7,7% asciende más de dos puntos y registra el segundo valor más alto de toda la serie histórica (el oro se lo llevan también los 'comuns', con un 8,4% hace un año). No obtiene medalla porque el consistorio decidió trocear el concepto, pero la circulación cosecha un 12,1% del total, casi un punto más que en diciembre. Es decir, medalla de plata para la movilidad, en un momento de profundo y agrio debate sobre los ejes verdes, los peajes urbanos, la ampliación de la zona de bajas emisiones, la recuperación del transporte público o, en general, las restricciones al uso del vehículo privado.

Para terminar, Barcelona sigue siendo una ciudad de centro-izquierda, con solo un 10,8% de los entrevistados que se enmarcan en el centro-derecha o la derecha, mientras que un 62% se definen de izquierda o de centro-izquierda. Hay un 3,3% de apolíticos, el porcentaje más alto de los últimos seis años. Son pocos, pero crecen los que pasan de la política.