Ferraz busca contener un fuego que parece no querer ver. El desastre electoral en Andalucía, inapelable, es observado con preocupación por la dirigencia del PSOE y considerado como una señal clara de cambio de ciclo por parte del PP, pero la dirección federal del partido entiende que los datos no son en modo alguno "extrapolables" al conjunto de España ni afectan a la estabilidad ni al presente y futuro de Pedro Sánchez. Su explicación del fiasco del 19-J es que no ha sabido movilizar al electorado progresista y que ha hecho daño la división entre las candidaturas a su izquierda. No cree, por ahora, que haya habido trasvase de votantes suyos hacia el PP, ni penalización de la acción del Gobierno central. Ni entiende que haya que hacer cambios. A lo único a lo que sí se abre la cúpula de Sánchez es a una "reflexión" para analizar qué ha ocurrido y por qué no acudió a las urnas su electorado. Poco más. Sin embargo, en el partido numerosos responsables piden un golpe de timón al presidente para girar "dinámicas" y afrontar con mayores garantías las municipales y autonómicas de mayo de 2023 y las generales de finales del próximo año.

Sánchez se reafirmó frente a los suyos en la reunión de la ejecutiva federal de este 20 de junio: les trasladó que sus planes siguen. Que el Gobierno está "fuerte y sólido" y que "hay legislatura hasta el final", según resumió posteriormente el portavoz de la cúpula, el diputado jiennense Felipe Sicilia. Más allá de esa declaración de principios, la cita en la sede de Ferraz, que se alargó durante casi tres horas —más de lo que estaba previsto, y se debió al número de intervenciones—, sirvió para que se constatara la necesidad de "reflexión". La expresaron algunos miembros a la entrada y a la salida y la empleó el propio Sicilia ante los periodistas.

Los datos que arrojaron las elecciones autonómicas andaluzas de este domingo (30 escaños, tres menos que en 2018; 883.707 sufragios, 127.182 menos, y el 24,09% de las papeletas, 3,85 puntos menos) no son "unos buenos resultados", dijo, y ahora toca "reflexionar" sobre lo ocurrido y sacar "conclusiones" que lleven a explicar por qué el PSOE no ha sido capaz de "movilizar" a su electorado, que en esta ocasión "se ha vuelto a quedar en casa", ya que en las últimas regionales "hubo una baja participación" que ha continuado en estas urnas.

Sin embargo, hace cuatro años los socialistas fueron primera fuerza y ahora son segundos y a 19 puntos del PP, que ha cosechado un triunfo histórico, una holgada mayoría absoluta que permitirá a Juanma Moreno gobernar sin las ataduras de Vox. De este modo, según el portavoz, lo que el partido tiene por delante es conseguir "demostrar con hechos" que la alternativa al PP de Moreno es el PSOE.

La segunda razón para el fracaso, continuó Sicilia, es que ha impactado la división de las izquierdas en dos candidaturas, Por Andalucía (liderada por Inma Nieto, y en la que se integraron, entre otros, Podemos e IU) y Adelante Andalucía (encabezada por Teresa Rodríguez). Además, los socialistas creen que "seguramente el proyecto de Juan Espadas", el candidato elegido por Sánchez para relevar a Susana Díaz, "no ha tenido tiempo para consolidarse". Siete meses desde que asumió con plenos poderes las riendas del PSOE-A, repetía anoche la vicesecretaria general, Adriana Lastra.

En el partido sí se ha asentado la convicción de que se llegó tarde a reemplazar a Díaz, y mientras, en plena pandemia, se dejó a Moreno sacar brillo a su perfil moderado y ocupar la centralidad que antes era patrimonio del PSOE. Pero precisamente esa falta de tiempo es la que justifica que la apuesta por Espadas se mantenga. El respaldo al líder de los socialistas andaluces, expresó Sicilia, fue "absoluto y total" en la ejecutiva federal: ha sido "magnífico" como candidato y lo será ahora como jefe de la oposición, es "creíble" y tiene detrás un partido "fuerte", aunque no esté en sus "mejores momentos". En definitiva, según el dirigente, Espadas "ya trabaja sin descanso" para forjar esa alternativa al PP con una labor de oposición "responsable", "seria y constructiva", lo que hará que pueda recuperar la Junta para la formación dentro de cuatro años.

"El ciclo que acabó fue el de Casado"

El portavoz fue muy vehemente a la hora de negar una lectura nacional del 19-J. Insistió en que la cúpula del PP, con Pablo Casado al frente, diseñó una "estrategia" para adelantar autonómicas en aquellos territorios donde tenía "buenas perspectivas", y finalmente ganó en todos ellos, pero en los que ya gobernaba (Madrid, Castilla y León y ahora Andalucía). Es decir, que buscaba generar ese clima de "cambio de ciclo". El diputado recordó que en las catalanas se impuso el PSC y que en 2019 los socialistas también vencieron en las dos generales, en las regionales y locales y en las europeas. "También Casado salió con gran alegría [tras los comicios de Castilla y León, en febrero] a proclamar que había acabado el ciclo de Sánchez y el que acabó fue el suyo", lanzó con ironía.

La tesis que sostiene Ferraz (y ahí coinciden los barones) es que los presidentes autonómicos están "consolidados" con la pandemia, igual que los alcaldes, de modo que los resultados de este 19-J "no se pueden extrapolar". Es más, si fuera así, remarcó Sicilia, no se podría hablar de "éxito" del PP, puesto que Moreno "ocultó" las siglas del partido y apenas coincidió con Alberto Núñez Feijóo. Los ciudadanos "saben distinguir unos comicios de otros", y cuando lleguen las generales podrán juzgar la gestión de Sánchez, alegó. No se movió de esa lectura: "Los andaluces han elegido a su Gobierno autonómico. Me parece una falta de respeto absoluta a los votantes hacerles cree que estas elecciones autonómicas sirven para dirimir sobre la gestión de un Gobierno nacional".

Sicilia subrayó que el ambiente que presenció en la reunión de la ejecutiva "no era de preocupación", tampoco de "alegría", y sí de reflexión sobre cómo poder despertar a sus bases. La dirección interpreta que es positivo que, a falta de una mayor profundidad en el análisis poselectoral, sus electores no hayan migrado a otras formaciones. Es decir, que no ha perdido votos a favor del PP, hubo "desmovilización": "Creo que no ha habido un trasvase de voto de la izquierda a la derecha, ha habido claramente una abstención clara, muy notoria, de votantes de izquierdas que se han quedado en su casa".

Tampoco cree la cúpula que el PP haya sido capaz de frenar a Vox. Los socialistas no han dejado de azuzar el miedo a la ultraderecha pero, a tenor de los resultados, no ha funcionado la estrategia, y en Andalucía quien ha logrado la absoluta y gobernar con manos libres es Moreno. Según Sicilia, se trata simplemente de que el votante conservador en esta ocasión ha decidido regresar a la formación "original", el PP, de la que se escindió Vox. "Ese votante estaba ahí y ha optado por el PP igual que en otras ocasiones decidió despegarse de él", justificó. Y añadió que también otro partido que fue refugio de electores conservadores, Ciudadanos, ha acabado "desintegrándose" (ha pasado de 21 escaños a 0) por servir solo de "muleta" de los populares.