Vox ha puesto toda la carne en el asador pensando en Andalucía. Por primera vez, con la excepción de las generales, el partido ha apostado por uno de sus principales activos para encabezar una candidatura aunque eso implicara descapitalizar el grupo parlamentario en el Congreso, donde se aglutinan los grandes dirigentes del partido de Santiago Abascal. Macarena Olona, abogada del Estado, portavoz adjunta y gurú jurídica de su formación, dejó el escaño en la Cámara Baja para oficializar su compromiso electoral, a pesar de las dudas sobre su empadronamiento.

A pesar de que todas las encuestas (la última, el CIS de este jueves) sitúan al popular Juanma Moreno Bonilla cerca de la mayoría absoluta o con la posibilidad de sumar más que toda la izquierda junta (como consiguió Isabel Díaz Ayuso en Madrid), el partido ultra mantiene su exigencia de entrar en el próximo gobierno andaluz si el PP necesita su apoyo (aunque sea vía abstención)

La pregunta que todos los dirigentes políticos se hacen es si Olona ha dado el paso de abandonar el Congreso para quedarse como diputada rasa de la oposición en el Parlamento andaluz. Y en las filas populares la respuesta es que esperan que así sea. Los de Abascal no dan síntomas de que esa sea su intención ni por asomo. Fuentes de la cúpula de Vox insisten en que llevarán su órdago hasta el final y reconocen que, tras entrar en el Gobierno de Castilla y León, sería “un paso atrás” no formar parte del nuevo ejecutivo andaluz. No temen, explican, la amenaza de la repetición electoral que lanzó Moreno (luego ha ido matizando) y en la que le apoyan los principales barones populares.

La imagen de fracaso, coinciden también en el PP, contribuiría al cambio de ciclo que tanto persigue Alberto Núñez Feijóo. Abascal considera que el futuro político de su partido también le va en esta cita electoral, que se ha tornado clave para todos los partidos. Está por ver el resultado que Vox alcance. El CIS preelectoral le garantiza el 15% de los votos (cinco puntos más que en 2018) y una horquilla de entre 17 y 21 escaños. Algunos dirigentes de máximo nivel aseguran que no estarán por debajo de la cifra más alta, y retan a que mejorarán los pronósticos de todos los sondeos.

De hecho, en Vox aseguran que las encuestas “se están quedando cortas” y apuestan a que habrá “sorpresa”. La apuesta de Olona no puede salirle mal a Abascal. A ella fía la continuidad de un segundo gobierno autonómico que meta presión al PP

Como publicó este diario, los populares ven posible “un pinchazo” de los ultra y siguen defendiendo que a pesar de sus altas expectativas, la posibilidad de que Moreno gobierne en solitario es “muy alta”. Las perspectivas son tan positivas que el presidente autonómico exige a los suyos “prudencia” y “tirar a la baja ante la duda” ante el temor de que los electores “se confíen”. Siguen pensando que la movilización es clave para obtener una victoria clara.

Vox, sin embargo, asegura que “una vez más, los medios y las encuestas no tienen en cuenta la fuerza de su partido” y consideran posible quedar “por delante” del PP en varias provincias. Apuntan especialmente a las de la costa y se ven muy sólidos en Almería, Cádiz, Málaga o Granada. Abascal, como es habitual, estará completamente volcado en la campaña, especialmente en los actos con Olona. El resto de dirigentes también se movilizarán por todas las provincias.