El presidente de ERCOriol Junqueras, ha abordado este viernes una de las cuestiones espinosas que subyacen en el escándalo del espionaje a decenas de independentistas y que no es otra que su afectación al diálogo entre el Gobierno y la Generalitat, a través de la mesa de negociación. El líder republicano, en el Fórum Nueva Economía, Tribuna Catalunya, ha hecho un distingo entre el concepto de negociación, la ‘Negociación’, en mayúscula, como instrumento político y lo que no deja de ser “una concreción de ella”, es decir, la propia mesa de negociación. 

“ERC ha trabajado sin descanso para hallar una concreción a esa negociación. ¿Qué garantías tiene esta concreción? Pues depende de la voluntad y sinceridad de cada una de las dos partes”, apuntó Junqueras, que siguió: “La historia ya nos advirtió de que seguramente sería así, que el Estado arrastraría los pies, que mostraría un interés escaso”.

Ante ello, ¿qué hacer? “Significa que la Negociación deja de ser útil? No. La Negociación, en mayúsculas, acabará siendo imprescindible y útil. Se concretará en momentos distintos, con representantes distintos”, aseveró.

Dicho en román-paladino. La fase actual, inicial, si se quiere, de la negociación entre el Estado y la Generalitat puede estar tocando a su fin. Pero ello no debe acarrear un cese en el diálogo, sino un cambio de fase. 

Todo ello, en el marco del Catalangate. No se movió Junqueras del discurso oficial republicano, en la exigencia de tres pilares para pasar página. La demanda de información y de transparencia, sin la cual, sin saber “el alcance del escándalo no se puede demandar una asunción de responsabilidades. ¿Estamos ante la punta de un iceberg? O ante una colección de icebergs?”, se preguntó el presidente de ERC