La exconsellera y eurodiputada de Junts Clara Ponsatí ha asegurado este miércoles que ve al Estado "dispuesto a matar" si el independentismo protagonizara un nuevo choque, un movimiento al que ha pedido asumir costes y el riesgo de que haya muertos.

"El Estado, si es necesario, utiliza la violencia tanto como lo necesite. ¿Esto significa que estarían dispuestos a matar? Estoy convencida", ha destacado en rueda de prensa para presentar su libro 'Molts i ningú. Embastat de memòries i altres històries' (Editorial La Campana).

Según Ponsatí, en ningún caso plantea que los catalanes tenga que utilizar herramientas violentas, pero sí que tienen que estar dispuestos "al sacrificio", y añade que no le sirve el argumento que no se puede tirar adelante la lucha independentista por riesgo a hacerse daño porque, en su opinión, esto significa que el Estado siempre se impondrá.

En el libro recuerda que en una reunión celebrada el 26 de octubre de 2017 -un día antes de la DUI-- le dijo al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont que, mientras utilizara el argumento de debía parar para evitar muertos, no podrían ser nunca independientes.

La exconsellera también cree que si tiraban adelante podía haber sangre, pero que si el Estado estaba dispuesto a hacerlo, los independentistas tenían que estar dispuestos a pagar este precio: "Con el planteamiento de no hacer nada si hay riesgo de muertos, no haríamos nunca nada. No es necesario que todo el mundo esté dispuesto a arriesgarse, simplemente es un riesgo que debe correrse".

También se muestra convencida de que habrá un nuevo embate tras 2017, y aunque considera que está tardando demasiado en llegar, cree que, tarde o temprano, los independentistas tendrán que ponerse a ello.

Sin embargo, no ha querido hacer previsiones a corto plazo porque considera que el movimiento independentista está "encallado y no tiene las herramientas políticas para materializar un nuevo embate", pese a que confía en que esto sucederá. "Una política de renuncia descapitaliza nuestras fuerzas", ha advertido Ponsatí, que cree que la fuerza y la acción del Estado ha minado a los liderazgos políticos independentistas y su disponibilidad a asumir costes.

Por ello, defiende la necesidad de una nueva articulación del independentismo, ya sea de los partidos o de la sociedad civil, tras mostrarse crítica en el libro con el funcionamiento de la ANC cuando la presidía el actual secretario general de Junts, Jordi Sànchez, y con el papel que están jugando Junts, ERC y la CUP.

Eurodiputada

Su posición crítica con Junts, ha especificado, no afecta "prácticamente en nada" a su actividad como eurodiputada de este partido, y ha destacado que Puigdemont sabía a quién metía en la lista de las europeas y que no han tenido ningún tipo de dificultad ni fricción. "No me parece que tenga que plantearme mi rol como eurodiputada. Creo que hago un trabajo que es positivo para el combate por la libertad de Catalunya. Mi plan es seguir haciéndolo", ha recalcado Ponsatí, que tras constatar que es independiente, ha negado que quiera impulsar un nuevo partido al preguntársele al respecto.

Sí ha reivindicado que el Parlamento Europeo es un altavoz para la causa catalana y que son una "murga", sobre todo para el Alto Representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, que debe escuchar sus intervenciones.

Además, asegura que Puigdemont es una "celebrity" en el Parlamento Europeo y que hay un sector que ya no disimula que España les incomoda, ha asegurado, algo que cree que es mérito de los tres eurodiputados de Junts.

Puigdemont y el CxREP

Aunque no ha querido ahondar en el papel del Consell per la República (CxRep), que preside Puigdemont, sí ha remarcado que el discurso de Junts y el trabajo que lleva a cabo la entidad independentista son "disonantes".

Y sobre si Puigdemont debe dejar la presidencia de Junts y liderar sólo el CxRep, la eurodiputada ha defendido que debe hacer lo que él quiera y que es compatible que encabece los dos: "No creo que sea el principal problema que tenga Junts y el CxRep".

En el libro, Ponsatí define a Puigdemont como una persona astuta, culto y con una gran habilidad dialéctica, pero también admite que es un hombre difícil de describir, que no se comunica demasiado, que no pregunta, y al que no vio mandar nunca en su etapa como presidente.

Evitar la prisión

También asegura que, pese a su breve paso por el entonces Govern de Puigdemont, ya avisó de que no estaba dispuesta a entrar en prisión si podía evitarlo, algo que cree que era "clarísimo" que intentarían, aunque precisa que otros consellers sólo preveían que pudieran imponerles multas e inhabilitarlos.

De hecho, relata que el 27 de octubre de 2017, antes de acudir al pleno que aprobó la DUI, ya dejó un equipaje preparado en una pequeña mochila para viajar hasta París (Francia), y que en el Parlament todos estaban muy asustados y que ella estaba enfadada porque sabía "que todo era una comedia, que luego ya no se haría nada". Ahora, pasados cuatro años, considera que mientras viva en Europa, salvo en España, podrá evitar la cárcel, y tiene muy claro que tendrán que trabajárselo mucho si la quieren "enjaular" porque no se lo pondrá fácil, avisa.

Además, defiende que, si todos los miembros de ese gobierno se hubieran "exiliado", hubieran sido más fuertes y la resistencia dentro de Cataluña también.