Podemos pide tener voz en una de las negociaciones parlamentarias más sensibles de la legislatura. El partido morado asume que tendrá un papel en las conversaciones con los partidos del arco parlamentario para recabar los apoyos a la reforma laboral de Yolanda Díaz, pese a las diferencias que comienzan a despuntar entre los morados y el Ministerio de Trabajo en torno a esta medida.

La vicepresidenta segunda de Gobierno logró un difícil equilibrio entre patronal, sindicatos y Gobierno que ahora se ve amenazado por la hostilidad de los socios de investidura, que aspiran a enmendar el texto con unos cambios que ponen en jaque la continuidad de la CEOE en el acuerdo, ante la fuerte división interna que afronta la patronal de empresarios, según publica este martes El Periódico de España.

Después de una intensa negociación de nueve meses que culminó en acuerdo, desde que se aprobó el real decreto el pasado martes 28 de diciembre se ha guardado un elocuente silencio en Podemos, donde han evitado dar muestras de entusiasmo hacia la reforma. "No es la reforma que haría Unidas Podemos de ser mayoría en el Gobierno y no acaba de ser del todo la que querrían los agentes sociales", resumió después de aprobarse la portavoz adjunta del espacio en el Congreso, la diputada Sofía Castañón. De esta forma los morados, al tiempo que evitan críticas abiertas a la vicepresidenta y ministra de Trabajo, se alinean con las tesis de los socios de Gobierno, señalando las carencias del pacto frente a la política de máximos que defienden.

Difícil negociación

Una vez aprobado el acuerdo, deberán afrontarse las difíciles negociaciones en el seno parlamentario para reunir los apoyos necesarios para convalidar la medida, que deberá pasar el trámite en el Congreso en la segunda semana de febrero. Y es en este punto donde las tensiones amenazan con aflorar entre el departamento de Yolanda Díaz y el partido morado.

En el Ministerio de Trabajo adelantan que será este departamento el que encabezará las negociaciones en el Parlamento para sacar adelante la reforma laboral, al igual que en otras ocasiones, donde el departamento del Gobierno al que pertenece el real decreto en cuestión toma las riendas de las conversaciones.

Así, figuras como el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, persona de máxima confianza de la vicepresidenta, o su jefe de Gabinete, Josep Vendrell, cobrarán especial importancia en estas conversaciones, de las que también mantendrán al tanto a los agentes sociales para tratar de mantener el difícil equilibrio logrado en el acuerdo.

Pero este planteamiento inicial no parece ser compartido por el partido morado. Desde Podemos dan por hecho que tendrán un papel activo en las negociaciones con el resto de grupos, en coordinación con el espacio confederal de Unidas Podemos en el Congreso, donde también están representados los comunes.

Así, los morados creen que la negociación la encabezará la dirección del grupo parlamentario y estará dirigida por Ione Belarra, secretaria general de la formación, Pablo Echenique, portavoz de Podemos en el Congreso, Yolanda Díaz, líder del espacio, y Jaume Asens, presidente del grupo y portavoz de los comunes. Una estrategia que dista del planteamiento de la Vicepresidencia, que ya durante el proceso para acordar la reforma mantuvo hilo directo con los socios del Gobierno para informarle del estado de las negociaciones.

Sólo unas horas después de alcanzarse el acuerdo, Echenique ya marcó posiciones y expresó su intención de comenzar a hablar "hoy mismo" con el resto de socios parlamentarios: “Confío en que la reforma laboral salga adelante, pero vamos a tener que dialogar con nuestros socios", aseguró el lunes de la semana pasada, en una entrevista en TVE donde hizo valer el papel de Podemos en estas negociaciones y llamó a llegar a acuerdos con las formaciones nacionalistas. La falta de mayoría del Gobierno, subrayó, “implica negociación y diálogo y para eso estamos los grupos y los portavoces, para dialogar con los demás, escucharles sus demandas y llegar a acuerdos”.

Diferencia estratégica

Una posición distinta a la manifestada por Yolanda Díaz que, si bien apuesta por priorizar a los socios de investidura, también ha señalado la vocación de permanencia del actual texto, que podría perder el apoyo de los agentes sociales ante cualquier cambio sustancial. En este sentido se expresó también Asens, de los comunes, una facción afín a la vicepresidenta del Gobierno. El dirigente alertó del "riesgo" de que la CEOE se descuelgue del acuerdo en caso de hacer cesiones a los partidos nacionalistas.

La vicepresidenta, en una entrevista concedida este domingo a El País, pedía al resto de partidos el apoyo a este nuevo marco laboral por una cuestión de responsabilidad: "Hablaremos. Trabajaremos hasta el final. Pero es muy difícil decirle que no a esta reforma", aseguraba, en una referencia directa a las fuerzas nacionalistas que han expresado sus dudas sobre el texto.

El exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, actual presidente de la fundación del partido, la Fundación 25M, también ha dado declaraciones en las últimas horas presionando por mantener el "bloque de la investidura", con los apoyos de ERC, Bildu, PNV y Más País. "Rearmar un bloque de investidura fundamental para los avances de los sectores más vulnerables y la clase trabajadora y no entrar en trampas que la derecha quiere poner", defendió este lunes en RAC1, poniendo de relieve la importancia vital de contar con el 'sí' de estas fuerzas para mantener viva la coalición.

El exvicepresidente, que ha guardado una semana de silencio tras conocerse el acuerdo de reforma laboral, dijo sentirse "obligado a cerrar filas" con el Ministerio de Trabajo, y aunque admitió el "éxito" de poner de acuerdo a todas las partes, destacó que "el equipo de Yolanda Díaz no hace magia". En este punto, la que todavía es una de las voces más autorizadas del espacio presionaba también a la vicepresidenta para llegar a un acuerdo con los nacionalistas: "En política, igual que hay que negociar con los empresarios, hay que negociar con los grupos parlamentarios".