Primer mensaje navideño del president Pere Aragonès repleto de detalles de esos con los que se pretenden explicar su forma de encarar la presidencia. Desde el 'decorado' elegido, una escuela de primaria en Santa Coloma, un centro que fue pionero en la implantación de la normalización lingüística (en plena polémica por la presencia del castellano en las aulas) al propio cambio de fecha de este mensaje. La adopción del día de Sant Esteve, el 'hecho diferencial' navideño catalán, herencia de épocas carolingias, equidista al republicano del mensaje del jefe del Estado, de Nochebuena, y del del resto de sus homólogos autonómicos, que suelen acomodarse en la Nochevieja. Y más allá de metamensajes para amantes de las pistas, Aragonès trazó su esquema habitual de intervención. La gran parte del león, obviamente, se la llevó la covid y sus efectos económicos. La contundencia, el 'procés'.

Para el president, este 2022 "debe ser el año en que empecemos a desbloquear el conflicto con el Estado. El año en que la negociación avance y porte resultados tangibles", porque hay que ofrecer una respuesta a la amplia mayoría de ciudadanos que saben que la resolución del conflicto pasa por el derecho a la autodeterminación y la amnistía".

Pero el republicano no se quedó en la pura expresión de deseo de que el año por iniciar sea clave para cerrar "la crisis democrática que hace demasiado tiempo que se arrastra". Fue más allá e incluso se planteó la opción de que "la negociación se encalle y no aporte resultados". Ante el grado de discreción en que Estado y Generalitat dicen mantener contactos sobre la mesa de negociación es difícil interpretar las palabras de Aragonès como un aviso ante algo que ya esté sucediendo o, quizá, solo una venda antes de la herida.

Si ello sucediera, el embarranque de las conversaciones, y tomando en cuenta que esa mayoría de ciudadanos "no acepta ningún bloqueo", el president llamó a "empezar a construir alternativas, actuando con realismo, con el máximo consenso posible y aprendiendo del camino que se ha hecho hasta ahora".

El 'efecto ómicron'

"Ibamos bien, íbamos muy bien" señaló el president para definir la situación de la Cataluña pandémica, antes de la "inesperada" aparición de la variante ómicrón "que ha hecho saltar de nuevo todas las alarmas" y ha obligado al Govern a "tomar medidas dolorosas, especialmente por la época del año en que nos hallamos", pero que "no durarán más de lo indispensable para frenar de nuevo la pandemia".

Dando a este 2022, de nuevo, un toque casi mágico, Aragonès se mostró "convencido" de que será el ejercicio en que se dará esquinazo a la pandemia, sobre todo por los esfuerzos de vacunación, y, sobre todo, por la llegada de los fondos europeos Next Generation que permitirán "una reactivación económica en clave transformadora".

Presumió de soslayo de ser el primer president , desde los tiempos de Jose Montilla, que lanzaba su mensaje navideño con los presupuestos prestos a entrar en vigor el 1 de enero y dibujó los ejes sociales, como la escuela y la sanidad, la vivienda pública y la lucha contra el cambio climático, reforzando, por tanto, el sesgo más progresista de su Ejecutivo bicolor. Las cuentas de nuevo cuño permitirán que se "dispongan de muchos más recursos económicos para situarnos al lado de la gente", percutió.