En pleno debate sobre su posible regreso a España, el rey emérito ha reaparecido en público en el partido de tenis que este viernes está disputando el español Rafael Nadal contra Andy Murray en Abu Dabi, según unas imágenes a las que ha podido acceder El Periódico de España, diario que pertenece al mismo grupo editorial que este medio.

Juan Carlos I abandonó España en agosto del pasado año, según comunicó Zarzuela, tras una "meditada decisión" y "ante la repercusión pública" que venían teniendo las consecutivas informaciones sobre sus cuentas en paraísos fiscales. Con su salida de España, decía el comunicado, pretendía "contribuir" a que su hijo y actual jefe del Estado pudiera desarrollar su función "desde la tranquilidad y el sosiego" que requiere el cargo.

Desde entonces, ha sido contadas sus apariciones en público. La de este viernes es una cita especialmente relevante. Según las imágenes a las que ha accedido este medio, Juan Carlos I ha acudido a disfrutar de la reaparición del tenista Rafa Nadal, que tras cuatro meses de lesión este viernes se está enfrentando en el Mubadala Tennis World Championship contra el británico Andy Murray.

El Rey emérito reaparece para disfrutar del regreso de Nadal en Abu Dabi

El Rey emérito reaparece para disfrutar del regreso de Nadal en Abu Dabi Faro de Vigo

En las instantáneas exclusivas se puede ver a Juan Carlos en uno de los palcos del estadio acompañado por cuatro hombres más con los que se aprecia una relación de proximidad. De hecho, en uno de los momentos, se observa cómo el emérito, siempre ataviado con mascarilla, comparte confidencias en su teléfono móvil con su acompañante más cercano.

La reaparición se produce en un momento especialmente sensible. Según viene contando El Periódico de España, en las últimas semanas se ha puesto en marcha la operación de retorno de Juan Carlos I a España, impulsada por el cierre de la investigación de la Fiscalía suiza sobre la procedencia de los 65 millones de euros que le cedió a Corinna Larsen y con la certeza de que próximamente se archivarán las tres diligencias que permanecen abiertas en la Fiscalía del Tribunal Supremo.

Sin estos dos frentes, al emérito solo le quedaría superar un último escollo: la demanda civil de su examante por presunto acoso, seguimiento ilegal y difamación que un tribunal de Londres está tramitando y mantiene en standby mientras dirime si Juan Carlos tiene inmunidad o no para ser juzgado por la justicia inglesa.

Si finalmente la demanda no prospera, los problemas judiciales de Juan Carlos I quedarán resueltos, dentro y fuera de España, y vería el camino abierto para su regreso ya que las razones que llevaron a Felipe VI, con el respaldo activo del Gobierno, a propiciar que abandonara España, habrán desaparecido.

Posible regreso

Ante este posible escenario, según ha adelantado El Periódico de España, Zarzuela y Moncloa trabajan mano a mano para preparar el regreso, que no se presenta como un asunto fácil. Uno de los primeros escollos es que Juan Carlos I se afana en seguir viviendo a su vuelta como lo hacía antes de tener que marcharse, es decir, en el Palacio de la Zarzuela, pero Felipe VI se niega.

Frente a ello, fuentes conocedoras de las negociaciones aseguran que unas de las opciones que se baraja es instalarle en una propiedad que sea patrimonio del Estado, aunque sin que suponga un gasto añadido para el erario público. Otra de las posibilidades es que el el emérito se costeara su propia residencia, aunque las mismas fuentes aseguran que este supuesto no es factible ya que el que fuera rey no podría afrontar ningún pago por falta de recursos. 

El actual jefe de Estado le retiró la asignación anual que percibía con cargo a los Presupuestos, un montante que, según las cuentas de 2020, ascendía a 198.845,10 euros y no está previsto ningún cambio en este sentido. No obstante, paradójicamente, muchos de los escándalos que ha aparecido en torno a su figura están relacionado con importantes cantidades de dinero que mantendría ocultas de cara a la Hacienda española.

De hecho, la propia fiscal general del Estado, Dolores Delgado, habló de "una cantidad importante e incluso inimaginable", que ha aflorado al ponerse al día con la Agencia Tributaria. Para realizar las dos regularizaciones fiscales que ha llevado a cabo con la Agencia Tributaria, Juan Carlos I pidió dinero prestado al Banco Santander y créditos personales a varios amigos. La primera de ellas, por importe de 678.393,72 euros, se produjo en diciembre de 2020, cuatro meses después de dejar España para instalarse en Emiratos Árabes, donde le acogió el jeque Mohammed bin Zayed. La segunda, de 4.395.901,96 euros, en febrero de este mismo año.

En la misma línea, en el reciente comunicado de la Fiscalía suiza sobre el archivo de la investigación sobre el dinero oculto, el fiscal Yves Bertossa reprocha al rey emérito y a Corinna Larsen que no hayan "documentado" de forma suficiente los motivos por los que Arabia Saudí, Bahréin y Kuwait les abonaron 109 millones de dólares (70 millones de euros).

Bertossa abrió las pesquisas en 2018 tras publicarse los audios del comisario José Manuel Villarejo en los que Corinna Larsen acusaba al emérito de haber cobrado 100 millones de dólares (64,8 millones de euros) por su intermediación en la adjudicación del contrato del AVE saudí. Esta pasada semana, archivó la causa pero dejó negro sobre blanco la premisa de que el monarca utilizó la Fundación Lucum y empresas en paraísos fiscales, en concreto en Bahamas, para "ocultar" su patrimonio opaco.

En concreto, la investigación suiza ha destapado que Juan Carlos I recibió en abril de 2010 otros 1.895.250 dólares (1.406.281 euros) en efectivo procedentes de Bahréin. El gestor de la cuenta suiza del monarca emérito en el país helvético, Arturo Fasana, aseguró en su declaración como investigado que su cliente le entregó en 2010 en Ginebra esa suma en efectivo, que supuestamente había sido otra donación, pero en este caso del sultán de Bahréin Sheikh Hamad Bin Isa Al-Khalifa.