El expresidente de la Generalitat huido a Bélgica Carles Puigdemont ha vuelto a criticar la mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat porque a su juicio "un proceso de cambio de un país no se puede hacer en los despachos, sin la gente.

En un acto en el sur de Francia del Consell de la República, Puigdemont ha defendido que "la independencia sigue viva" porque la autodeterminación se ejerce de "forma continuada" y es un proceso "que dura años".

Para el expresident, "un país es su gente" y "los procesos políticos para hacer un país no se pueden decidir en un despacho ni en una dicha mesa de diálogo".

"Ningún país ni ningún proceso determinante de futuro de un país se puede hacer de espaldas o en contra de la gente", ha añadido, en referencia a la mesa de diálogo prevista para otoño con representantes del ejecutivo central y el autonómico.

"No abandonaremos hasta el reconocimiento formal de la república catalana. Nos queda un largo camino, pero solo lo podremos hacer si vamos dando pasos encadenados como venimos haciendo desde el 1 de octubre", ha defendido el también eurodiputado.

Para Puigdemont, y por influencia "de tantos años de franquismo", "desde el jefe de Estado hasta el último de la judicatura (...) piensa que somos ovejitas sumisas y desmovilizadas".

Según él, Cataluña lucha por ser "una república de paz, democracia y progreso" y "radicalmente europea" en el marco de una Europa en la que ha señalado "vuelven a surgir ideas claramente fascistas que van empapando a la sociedad de forma transversal".

Puigdemont ha participado en un acto en Perpiñán (Francia) organizado por la entidad soberanista Consell per la República, junto a los exconsellers también fugados Antoni Comín y Lluís Puig, así como la diputada Aurora Madaula y Lluís Llach, entre otros.