El PSOE interpreta la amplia remodelación del Gobierno acometida por Pedro Sánchez como un paso que une más al partido ante las fisuras que quedaban abiertas tras los procesos de primarias que le enfrentaron con otros candidatos.

Junto a ello, fuentes socialistas señalan que los cambios en el Ejecutivo hacen prever una gran renovación de la cúpula del partido en su 40 Congreso que se celebrará del 15 al 17 de octubre en Valencia.

Antes de que Sánchez comunicara los cambios este sábado, en el seno del PSOE se daba por hecho un amplio relevo de su dirección y se dudaba de si el presidente del Gobierno optaría por esperar al 40 Congreso para su remodelación ministerial o la haría previamente.

Poco a poco fue madurando el convencimiento de que se harían con anterioridad y de que eso daría una pista de las intenciones del líder socialista en clave de partido.

Tras prescindir de su núcleo duro en el Gobierno, con la salida de figuras clave como Carmen Calvo, José Luis Ábalos e Iván Redondo, las fuentes explican que el mensaje que ha lanzado es que habrá también una renovación de calado en el partido.

Una renovación de la que formará parte igualmente Ábalos ya que dejará de ser el secretario de Organización del PSOE.

La duda es cuándo, si decidirá abandonar ese cargo de forma inmediata o esperará al relevo en un Congreso socialista de cuyo comité organizador forma parte. Su decisión que se espera que se conozca en los próximos días.

"Pedro ha demostrado que no se casa nadie", afirma a Efe un miembro de la dirección del PSOE que aventura que en Valencia van a pasar a un segundo plano destacados dirigentes "sanchistas".

Otras fuentes apuntan a que el objetivo de Sánchez es acabar con disputas internas abiertas a raíz de los procesos de primarias en los que se enfrentó con otros candidatos como Susana Díaz, Patxi López o Eduardo Madina.

Resumen sus intenciones en una frase: "unir al partido como una piña ante una segunda parte de la legislatura en la que la oposición va a seguir siendo muy dura".

En esa dirección interpretan nombramientos en el Gobierno como el de Óscar López al frente del Gabinete de la Presidencia del Ejecutivo y los de las ministras Isabel Rodríguez y Pilar Alegría.

Unos nombres que consideran que tienen también una especial relevancia ante el proceso de congresos de cada federación que habrá hasta fin de año una vez que se celebre el cónclave de Valencia.

La salida de Iván Redondo y su sustitución por Óscar López entienden también que es "un guiño" al PSOE ya que sus relaciones con Ferraz nunca han sido las deseadas, y elogian de la misma forma que otro "hombre de partido" como Félix Bolaños haya ascendido al Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática.

El relevo en la dirección del PSOE en Andalucía, con Juan Espadas como líder y el nombramiento de Susana Díaz como senadora, se estima que ha sido otro movimiento que contribuye a "la paz" en el partido.

Aunque las fuentes recalcan que nada se puede dar por seguro, sí consideran que seguirán en altas responsabilidades tanto la vicesecretaria general y portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, como el secretario de Coordinación Territorial, Santos Cerdán.

En el contexto de los congresos territoriales que habrá a partir del de Valencia enmarcan también decisiones como los relevos recientes en delegaciones del Gobierno como las de Madrid (Mercedes González), Galicia (José Miñones) y Andalucía (Pedro Fernández).

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El PSOE considera que sus nombramientos en tres comunidades en las que no gobiernan responden a perfiles "de refresco" ante el proceso de congresos en los que creen necesaria una reactivación del partido que le permita afrontar con mejores expectativas próximas citas electorales.

Por tanto, pueden ser piezas destacadas en los nuevos equipos que surgirán en sus respectivos congresos.