El secretario general de Junts, Jordi Sànchez, ha pedido al Gobierno que reconozca la inmunidad como eurodiputados del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y de los exconsellers Toni Comín y Clara Ponsatí como un "segundo paso" después de conceder los indultos a los presos del 1-O.

En una rueda de prensa este viernes desde Tortosa (Tarragona), Sànchez ha reclamado que "el reino de España cumpla con lo que los tribunales europeos dictan", y ha añadido que esto sería una buena expresión de la voluntad negociadora del Ejecutivo central.

También ha reclamado que el Gobierno impulse una ley de amnistía, que considera que es constitucional, para generar un "espacio de entendimiento y diálogo en igualdad de condiciones", que implique el cese de los procedimientos judiciales a raíz del proceso independentista.

Sobre la mesa de diálogo, Sànchez ha asegurado que son poco optimistas porque no ven "gran voluntad de diálogo del Gobierno" central, y ha destacado que mantienen su compromiso de participar y no dejar ninguna silla vacía de negociación.

Unidad estratégica

También ha llamado a tejer una unidad estratégica independentista en el Congreso y Senado, y ha emplazado a ERC a sentarse para abordar esta estrategia: "El efecto de actuar conjuntamente multiplica valor de actuar por separado", ha manifestado.

El secretario general de Junts ha sostenido que por separado los objetivos que han obtenido en los últimos años han sido "insignificantes", por lo que ha insistido en esta coordinación de cara a la negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y los fondos europeos.

Sobre la convocatoria de una mesa de partidos como reclama el PSC, Sànchez ha asegurado que el mejor espacio para que los partidos debatan es el Parlament y ha negado que haya un conflicto en el interior de la sociedad catalana, sino "entre el Estado español y la mayoría del país".

Preguntado por si el Govern está comprometido con la presentación de la candidatura de Cataluña para los Juegos Olímpicos de invierno, ha respondido que cuenta con "la voluntad explícita" del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y ha deseado que sean acogidos con ganas por el territorio.