Las autoridades marroquíes reforzaron su dispositivo de seguridad en las carreteras que conducen a la ciudad española de Ceuta y en las colinas cercanas a la urbe para evitar un nuevo asalto migratorio, y reforzaron también su presencia en las mismas vallas fronterizas.

Testigos oculares de la ciudad de Castillejos, vecina de Ceuta, informaron de que las autoridades tomaron esas medidas después de la llegada a la población el lunes de decenas de adolescentes procedentes de otras zonas del país que pretendían acceder de forma ilegal a la ciudad española.

Las fuentes agregaron que la policía estableció un nuevo puesto de control en el centro de la ciudad de Castillejos para impedir que los candidatos a la emigración pudieran llegar a los barrios más al norte de la localidad, desde donde salen las rutas que llevan a la frontera.

Asimismo, las fuentes agregaron que los servicios de seguridad, compuestos por la policía y las Fuerzas Auxiliares, impidieron durante la tarde de ayer la llegada a la población de taxis y autobuses procedentes de localidades cercanas. Además, las fuerzas marroquíes duplicaron sus dispositivos cerca de las vallas fronterizas y en los bosques y las colinas en el lado marroquí de la frontera.

Sin embargo, la parte española de la frontera que separa Ceuta de Marruecos ha amanecido este martes tranquila, aunque continúa habiendo numerosos inmigrantes en torno al puerto donde este martes han sido sorprendidos tres marroquíes que pretendían llegar a nado al casco de uno de los barcos de pasajeros que cubren la ruta con Algeciras (Cádiz)

Los pasados 17 y 18 de julio, la ciudad de Ceuta vivió una avalancha sin precedentes de más de 9.000 inmigrantes llegados desde Marruecos, lo que creó una gran tensión entre Rabat y Madrid; de ellos, unos 8.000 han sido ya devueltos a Marruecos pero quedan en Ceuta cerca de un millar, casi todos menores, pendientes de devolución.