Vox ha materializado este miércoles en el Parlamento andaluz, con la ley del suelo y un decreto de financiación de las entidades locales, la amenaza lanzada en los últimos días de retirar el apoyo a las iniciativas del Gobierno PP-Cs por la acogida a 13 menores inmigrantes provenientes de Ceuta.

El giro de Vox le ha llevado a abstenerse en una enmienda a la totalidad de la ley del suelo presentada por Adelante Andalucía (Podemos-IU) y apoyada por el PSOE, lo que ha supuesto tumbar una de las principales leyes de PP y Cs para esta legislatura.

Minutos antes Vox ya se había opuesto a un decreto para la financiación de las entidades locales autónomas -que el Gobierno ha conseguido salvar gracias al apoyo del PSOE- y esta mañana se confirmaba que no iba a permitir la unanimidad para aprobar de urgencia una reforma de la Ley de Salud Pública de Andalucía.

Sí ha salido adelante la reforma fiscal que se pactó con Vox, que se había presentado a dos bandas, aunque exactamente iguales, por PP-Cs y PP-Vox. La acogida de los menores inmigrantes no acompañados de Ceuta ha sido el detonante oficial de esta ruptura del apoyo al Ejecutivo, aunque el endurecimiento en la posición de la formación que lidera Santiago Abascal se dejaba notar desde que hace tres semanas cambiaron a su portavoz, Alejandro Hernández, por Manuel Gavira.

En apenas veinte días el nuevo portavoz ha lanzado advertencias al Gobierno sobre los acuerdos, ha habido ultimátums, ha pedido el adelanto electoral y finalmente anunció que no iban a respaldar ninguna iniciativa que no llevara su firma. Este 26 de mayo de 2021, con casi dos años y medio de legislatura, materializan la amenaza.

El propio Santiago Abascal convocó un acto el domingo en Sevilla, ante las puertas del Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta, y advirtió al presidente, Juanma Moreno: Si quiere presupuestos para el próximo año deberá buscar al PSOE y no a Vox.

El Gobierno de PP y Cs, en minoría parlamentaria, se encuentra así por primera vez en una situación en la que Vox, hasta ahora un socio relativamente fiel, empieza a dejar caer sus leyes.

Por el momento, el Gobierno andaluz mantiene la calma y expresa su voluntad de negociar con Vox las próximas cuentas, confiando en que pase la marejada de las últimas semanas por la crisis migratoria en Ceuta y las elecciones madrileñas.

Los ecos de un adelanto electoral en la comunidad crecen con la posición de Vox y seguirán aumentando si la mantienen en los próximos meses. Hasta el momento las amenazas de Vox habían quedado en amagos, el más importante el que se produjo en los primeros presupuestos, cuando no retiraron su enmienda a la totalidad hasta su último turno de intervención en el debate. Después de eso vinieron más acuerdos de presupuestos, pactos sobre bajada de impuestos y apoyo generalizado a las medidas del Ejecutivo. La posición actual de Vox, que en el debate parlamentario ha ligado a "la falta de confianza", supone un giro de 180 grados.

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El presidente, Juanma Moreno, ha repetido en numerosas ocasiones que no adelantará las elecciones mientras tenga mayoría parlamentaria, que se la han dado su socio de gobierno, Cs, y Vox, por lo que, si esta formación sigue avanzando en su posición hacia una ruptura total, podría cambiar el tablero político andaluz.

La postura oficial del Gobierno andaluz sigue siendo la de no adelantar las elecciones, ya que defienden que quieren agotar la legislatura y que están trabajando ya en los próximos presupuestos. Lo cierto es que PP y Cs ya no necesitan a Vox para completar el mandato porque pueden prorrogar las cuentas de 2021 y llegar a final de 2022, cuando corresponden los comicios, pero sí pueden ver cómo les tumban iniciativa a iniciativa, lo que puede bloquear de facto la acción de un ejecutivo en minoría.