La crisis que está viviendo Ceuta por el gran número de migrantes que han llegado de manera irregular procedentes de Marruecos ha provocado una respuesta expeditiva por parte del Gobierno. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha anunciado este martes la devolución al país vecino de 2.700 de las 6.000 personas que, calcula, han arribado a la playa del Tarajal de la ciudad autónoma. 

El Ejecutivo aplica este método en virtud de la Ley Orgánica 4/2015, pero organizaciones como la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) recuerdan que esta práctica es “ilegal e inconstitucional”. “Se priva a la persona de su derecho a la tutela judicial efectiva y vulnera el principio de no devolución recogido en la Convención de Ginebra”, explica a este diario Gisela Cardús, del equipo jurídico de la Comissió Catalana d’Ajuda al Refugiat (CCAR)-CEAR.

En el caso de los menores -que no pueden ser devueltos a Marruecos- cuando existen dudas sobre su verdadera edad son trasladados a un Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) u otros lugares habilitados para practicarles una osteometría y determinar su edad. Aunque el Gobierno de Ceuta no dispone de datos exactos su número podría rondar los 1.500. “El menor tiene que ser atendido por la Administración, que está obligada a ejercer la tutela y a tramitar un permiso de residencia”, añade Cardús. 

Sobre el terreno, Cruz Roja tiene más de 200 personas desplegadas en el gran operativo activado en Ceuta desde la madrugada de este domingo e integrado por trabajadores sociales, psicólogos, educadores sociales y enfermeros, además del personal de salvamento situado a pie de playa. 

Isabel Brasero, responsable de comunicación de Cruz Roja en Ceuta, describe un “goteo constante” de personas a la que se les da una primera asistencia sanitaria para comprobar que su vida no corre peligro y derivarlas a un centro hospitalario si fuera necesario. Luego se les entrega ropa seca, mantas y alimentos de primera necesidad. 

"Sin precedentes"

La mayoría de los migrantes que han llegado en las últimas horas -muchos son núcleos familiares enteros- no presentan problemas de salud porque las condiciones climatológicas han sido buenas, el mar está en calma y el recorrido que tienen que hacer a nado es de apenas 400 metros, relata Brasero. 

Las naves de las que dispone Cruz Roja en el Tarajal tienen capacidad para unas 300 personas, por lo que las autoridades locales han comenzado a habilitar polideportivos para que los migrantes pasen la noche. El protocolo de atención de Cruz Roja incluye un test de antígenos y un periodo de cuarentena debido a la situación de pandemia.  

En los 27 años que lleva en Cruz Roja, Brasero, ceutí, asegura haber vivido llegadas masivas, como en 1995 en las Murallas Reales, pero nada que ver con lo que ha pasado estos días. “No tiene precedentes, ni por el número de personas, ni por método empleado. No es lo más común que pase este pequeño trozo de mar tanta gente a la vez”, señala.