A no ser que se produzca un “cambio radical” en la pandemia, los universitarios -que este año han combinado la asistencia a las aulas con las clases 'online'- realizarán de forma presencial los exámenes de fin de curso, que tendrán lugar en mayo y junio. Así lo acaba de anunciar el ministro de Universidades, Manuel Castells, en una comparecencia conjunta en la Moncloa junto a la titular de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá.

Los exámenes presenciales tendrán medidas sanitarias, que todavía tienen que ser revisadas en dos próximas reuniones entre el ministerio y la Conferencia de Rectores y las comunidades autónomas. A falta de saber cuáles son exactamente y a pesar de que cada universidad es autónoma, es de prever que los controles se realicen con distancia interpersonal entre estudiantes, que deberán llevar bien puesta la mascarilla, hacer uso del gel desinfectante y no compartir material.

En España, donde la vacunación sí que ha tomado ahora velocidad de crucero, la pandemia continúa con una tendencia a la baja. La incidencia media está en 180 casos por 100.000 habitantes, un índice que todavía se considera como riesgo alto. El riesgo medio llegará cuando se baje de 150. “Vamos mejor por la vacunación. Pero no se ha terminado la pandemia”, ha recordado Castells, que en el curso pasado se encontró con las protestas de muchos universitarios a cuenta, precisamente, de los exámenes presenciales. Las colas a las puertas de las aulas y el uso de transporte público para llegar a la facultades fueron las principales críticas de los estudiantes. En aquella ocasión, el ministro pidió a los rectores que escucharan estas quejas porque la salud debía ser la prioridad absoluta en los exámenes presenciales. Los controles 'online' no terminaron de gustar a la mayoría de profesores, entre otros motivos, por la posibilidad de plagio que implican. El curso pasado, muchos docentes universitarios optaron por pedir a sus alumnos y alumnas no exámenes sino trabajos de fin de curso.

¿Cómo será el año que viene?

En las universidades de toda España, este año ha sido mixto y se ha combinado la enseñanza virtual con la presencial. ¿Cómo será el año que viene? Las clases serán, básicamente, presenciales. Pero -seguro- habrá medidas sanitarias de precaución. “Llevaremos mascarilla. habrá distancia interpersonal en las aulas y las ventanas estarán abiertas”, ha pronosticado Castells, que en agosto volverá a reunirse con los rectores y las comunidades autónomas para trazar los planes generales del próximo curso.

Igualmente, la ministra Celaá también se reunirá con los consejeros de todas las autonomías para estudiar cómo será el curso 21-22 en colegios e institutos. Esta importante reunión tendrá lugar el miércoles de la semana que viene. Será ahí cuando los mandatarios decidan si los estudiantes mantienen los grupos reducidos (llamados burbujas) o se vuelve a las ratios previas a la pandemia.

La titular de Educación ha insistido en la importancia de la inversión de 4.687 millones de euros para la transformación y modernización del sistema educativo que incluye el Plan de Recuperación del Gobierno. Una de las medidas que incorpora es la creación de 64.000 nuevas plazas para el primer ciclo de infantil (0/3 años), que serán prioritarias para las familias más vulnerables. Infantil no está dentro de la educación obligatoria, pero la escolarización de estos niños y niñas implica que, años después, consigan mejores resultados en ciencias y matemáticas.