La exjefa de ETA Soledad Iparraguirre, Anboto, ha declarado en un juicio en la Audiencia Nacional que estima que este tribunal esta "cerrando en falso" la historia de la banda terrorista como cree que ocurrió con la de la guerra civil española.

Anboto ha realizado estas manifestaciones en su turno de última palabra en el juicio en el que la fiscal ha pedido que sea condenada a 39 años de prisión por su supuesta participación en 1985 en Amurrio (Álava) en el asesinato de un cartero al que ETA consideraba confidente de las fuerzas de seguridad.

Este juicio se celebra después de que el pasado mes de febrero el Tribunal Supremo confirmara los 122 años de prisión impuestos a Anboto por ordenar el asesinato del comandante del Ejército de Tierra Luciano Cortizo en 1995 en León al explotar una bomba lapa bajo el asiento de su coche cuando conducía con su hija, que resultó herida grave. El alto tribunal ratificó así la sentencia de la Audiencia Nacional en el primer juicio al que se enfrentó Anboto en España después de ser entregada en 2019 por Francia, donde ya cumplió varias condenas desde que fue detenida en 2004 en el país galo, para ser juzgada por doce causas abiertas por la justicia española.

"Lo que aquí se está haciendo es reescribir los hechos y la historia, en la que parece ser que hubo unos demócratas buenos, buenos, buenos y unos terroristas malos, malos, malos que un día decidieron, porque eran tan malos, que iban a matar a los buenos", ha comentado Anboto en su turno de última palabra. Y ha añadido: "Aquí no hay ni contexto político ni contexto social ni represión ni terrorismo de Estado. ¿Hasta cuándo?. Ya sabemos cómo se cerró la puerta de la historia de la guerra civil. ¿Ésta también así, en falso?". "Espero que seamos capaces de enseñar a nuestros hijos que aunque los conflictos sean muy difíciles de arreglar y las diferencias enormes se puede hablar", ha apostillado la acusada.

Respecto a las pruebas para ser acusada en este juicio ha alegado que parten de declaraciones policiales de otros etarras que se obtuvieron después de una operación llevada a cabo por agentes del cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo de San Sebastián. "Intxaurrondo en los años 80, que es de donde salen los que van a secuestrar, torturar y asesinar a Lasa y a Zabala y donde muere durante las torturas Mikel Zabalza", ha añadido.

Anboto ha rechazado la "versión oficial" relativa a que el etarra ya condenado por estos hechos Juan Carlos Arruti Azpitarte fue detenido en un enfrentamiento con guardias civiles en el que fallecieron dos terroristas. "Fue una emboscada en el peaje de Irún, donde se hizo bajar del camión al conductor y a Arruti Azpitarte, que era copiloto, y a los otros dos miembros liberados de ETA no se les dio la ocasión de salir con vida", ha dicho Soledad Iparraguirre.

La fiscal Ana Noe y la abogada de la acusación ejercida por la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), Carmen Ladrón de Guevara, han mantenido sus peticiones de condena para Anboto y han recordado que dos huellas de la acusada fueron encontradas en el coche que los miembros del comando Araba de ETA robaron para cometer la acción terrorista.

La representante de la Fiscalía ha estimado que en la vista ha quedado probado que en la mañana del 26 de junio de 1985 los etarras interceptaron la marcha del cartero cuando iba en bicicleta a su trabajo como todos los días. Ha añadido que Soledad Iparraguire y los ya condenados por estos hechos Juan Carlos Arruti y José Javier Arizcuren Ruiz le rodearon y los dos últimos le dispararon con sus pistolas tres disparos, que mataron a la víctima, mientras un cuarto terrorista, aún huido de la justicia, les esperaba. Los terroristas huyeron y dejaron el coche abandonado en el cementerio de Larrumbe con su propietario encerrado en el maletero, del cual logró salir pasados unos veinte minutos, según ha indicado la fiscal.

El abogado defensor de Anboto ha pedido su absolución pero ha renunciado a emitir informe por deseo de la acusada.