La etarra Ana Belén Egües, que consideraba un "honor" haber militado en el comando Madrid, trasladada a Asturias tras arrepentirse

Instituciones Penitenciarias ha acordado el traslado a la prisión de Asturias de la etarra Ana Belén Egües Gurruchaga, alias Dolores, exconcejala de Herri Batasuna que se pasó al terrorismo activo y formó parte del comando Madrid, poniendo un coche bomba en 2011 que causó un total de 97 heridos. Egües, que procede del centro penitenciario de Córdoba, ingresó en prisión el 10 de noviembre de 2001 y cumple condena de 30 años por los 97 asesinatos intentados, atentados, estragos y asociación ilícita. Cumplirá las tres cuartas partes de la condena en abril de 2024 y se ha dispuesto su progresión al tercer grado después de que haya aceptado la legalidad penitenciaria y presentado un escrito en el que rechaza la violencia, reconoce el sufrimiento de las víctimas y el daño causado por su actitud. Es todo un cambio, porque en 2010, durante un juicio contra Gorka Palacios y Juan Luis Rubinach Roig por el asesinato del general de brigada Justo Oreja, aseguró que había sido "un honor" militar con ellos en el comando Madrid.

Ana Belén Egües Gurruchaga acumula condenas de miles de años por estragos terroristas y asesinato. Causó 97 heridos con un coche bomba en el atentado con el que pretendía matar al entonces subsecretario de Estado de Política Científica Juan Junquera en la confluencia de las calles Corazón de María y Cardenal Silíceo en Madrid. Fue tras esta acción cuando un «ejemplar ciudadano anónimo» la siguió a ella y al terrorista Aitor García Aliaga y avisó a la Policía, que estuvo tras su pista hasta que se les pudo detener.

Los jueces consideran probado que estos terroristas tenían previsto atentar contra objetivos como la Torre Picasso, y, entre otros, contra el consejero del Tribunal de Cuentas Paulino Martín o la fiscal de la Audiencia Nacional Blanca Rodríguez.

Egües fue codenada a 126 años por participar junto a otros tres etarras en el asesinato del teniente coronel del Ejército Pedro Antonio Blanco, el 21 de enero de 2000, atentado que escenificaba el fin de la tregua decretada por ETA en 1998.

Con esta etarra son ya ocho los terroristas que cumplen condena en Asturias, como paso previo a su traslado al País Vasco, dentro de la llamada vía Nanclares. Hay otra presa, Iratxe Yáñez, y seis reclusos: Ismael Berasategui, Zigor Blanco, Asier García, Jesús María Gómez, Joanes Larretxea y Alberto López de la Calle. Se trata del número más alto de etarras en la cárcel asturiana de los últimos años.