Felipe VI va a cobrar este año 253.850 euros brutos, lo que supone la misma cantidad que en 2020, y también ha decidido no aumentar la asignación ni de la reina Letizia ni de doña Sofía, por lo que la retribución que se retiró a Juan Carlos I irá destinada a otros fines del presupuesto, como informática.

Doña Letizia recibirá este ejercicio 139.610 euros, mientras que la Reina Sofía cobrará 114.240 euros, según han informado fuentes de la Casa Real.

El Rey ha decidido en su caso y en el de las reinas no aplicar la subida salarial del 0,9 por ciento de los funcionarios, algo que sí hizo en ejercicios previos.

El otro miembro de la Familia Real que tenía una retribución del Estado era don Juan Carlos, pero su hijo se la quitó el pasado mes de marzo al mismo tiempo que renunció a su herencia tras conocerse los presuntos negocios ocultos que tenía en el extranjero.

El Rey Emérito tenía prevista una remuneración de casi 200.000 euros durante 2020, pero dejó de cobrar 161.034 euros que la Casa del Rey destinó a su fondo de contingencia.

En vez de repartirlo entre los miembros de la Familia Real que cobran un sueldo de las arcas públicas, el dinero que eventualmente hubiera recibido Juan Carlos I este curso va a ir destinado a otras partidas de la institución.

Aunque forman parte de ella, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía no tienen ninguna retribución pública.

El presupuesto de la Casa del Rey para este año es de 8,4 millones de euros, por lo que permanece congelado respecto al anterior ejercicio.

Esta cantidad resulta de la suma de 7,8 millones de euros, que fue la misma cantidad que en 2018, 2019 y 2020, y de los 544.000 euros adelantados por la Casa del Rey en los dos últimos años correspondientes a atrasos de retribuciones de personal y cotizaciones a la Seguridad Social.

Entre las partidas que ven incrementada su cuantía, destacan las destinadas a informática y modernización tecnológica ante el interés de Felipe VI en acelerar la transformación digital de la institución puesta en marcha hace dos años, según las fuentes.

Ya en 2020, debido a la pandemia, se estableció como prioridad la implantación del teletrabajo y se proporcionaron terminales portátiles y se adaptaron los sistemas con nuevas aplicaciones para operar a distancia.