A pocos días de que, el miércoles próximo, comience a debatirse en el Congreso la moción de censura de Vox, el PP, que no apoyará la iniciativa, mantiene todavía las dudas sobre si optará por el "no" o la abstención y desdeña la táctica de Santiago Abascal, candidato a sustituir a Sánchez, que obliga a los populares a posicionarse ante un electorado en disputa.

El PP de Pablo Casado no ahorró críticas contra la moción. Su secretario general, Teodoro García Egea, la calificó de "circo", mientras el portavoz nacional, José Luis Martínez-Almeida, anticipa que será una moción fracasada. La portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, considera que la iniciativa de la ultraderecha en solitario es "un engaño" a los españoles porque los números, recalcan todos, no suman. El PP considera además que la moción, con la que Abascal tendrá protagonismo parlamentario durante el miércoles y jueves próximos, favorece en última instancia al Gobierno de Sánchez, que saldrá reforzado al no prosperar el intento de tumbarlo y dispondrá de un escenario privilegiado para mostrar su disposición a combatir a la ultraderecha.

La moción, aseguran los populares, sólo interesa al partido de Santiago Abascal y está diseñada "a su mayor gloria", en palabras del alcalde de Madrid, y a los periodistas, en ningún caso a los españoles y tampoco al PP. Por eso, restan importancia al sentido de su voto y también a cuándo se decidirá en el seno del partido.

En Génova son contundentes: la agenda del partido la marca su presidente, Pablo Casado, y no sus adversarios ni el presidente Sánchez. La decisión sobre el sentido del voto no es ni compleja ni complicada, defienden, y los populares están centrados en su estrategia de oposición "firme y responsable".

A falta de que el partido marque su posición definitiva, quienes sí se han pronunciado públicamente son algunas figuras simbólicas para el PP. El expresidente Aznar defendió el "no" por considerar que la moción es "inoportuna"y "desafortunada".

La exportavoz parlamentaria Cayetana Álvarez de Toledo se muestra partidaria, en cambio, de la abstención, mientras que la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre criticó la posición de Aznar, debatiéndose entre el "sí" o la abstención porque el rechazo, afirmó, implicaría no censurar a Sánchez.

Tanto el "no" como la abstención entrañan riesgos, sobre todo porque PP y Vox se disputan un electorado común y son los de Abascal los que presentan mayor crecimiento. Así lo atestigua el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de octubre, en el que el PP mejora, acercándose al PSOE al sumar siete décimas más, pero Vox crece más, casi un punto, que lo coloca como tercer partido nacional, por delante de Unidas Podemos.