El último superviviente español del campo de exterminio nazi de Mauthausen, Juan Romero Romero, falleció el sábado en la localidad francesa de Aÿ (Champagne) a los 101 años. Romero, nacido en Torrecampo (Córdoba) en 1919, fue testigo y víctima de una de las mayores barbaries de la Historia, lo que marcaría su vida para siempre.

"No se puede olvidar todo aquello", contaba a finales de agosto en una entrevista con la agencia "Efe" desde su casa, donde presumía de un estado de salud considerable para su edad.

Un amigo cercano de Romero notificó ayer su muerte a la Embajada de España en París y a miembros del Gobierno español, cuya vicepresidenta, Carmen Calvo, le rindió a finales de agosto un homenaje en la localidad francesa en la que rehizo su vida tras salir del campo nazi.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lamentó en un tuit la muerte de Romero: "Mi recuerdo para un héroe de nuestro país que luchó contra el fascismo, por las libertades y en defensa de la democracia".

Tras alistarse en las filas republicanas y perder la Guerra Civil, Romero cruzó la frontera con Francia donde se alistó al poco en la Legión Extranjera y se trasladó a Argelia. Fue hecho prisionero por los nazis y salvó la vida porque un soldado alsaciano convenció a sus captores de que no había sido él quien había dibujado una hoz y un martillo e los baños de la prisión, cuando era el principal sospechoso.

No se libró, sin embargo, del campo de Mauthausen, donde fue destinado al servicio de acogida de los nuevos arrestados.

"Yo veía a toda la gente que entraba en las cámaras de gas. Algunos pasaban primero por el campo de concentración, pero a otros les llevaban a las duchas directamente desde el tren", recordaba Romero en la entrevista. Con los ojos vidriosos, rememoraba uno de los momentos que se le quedó clavado de su paso por Mauthausen: una niña cuya mirada inocente llevó consigo hasta su muerte. "Me sonrió, la pobre; no sabía a dónde iba. Yo tenía ganas de abrazarla, de besarla, pero sabía que si lo hacía, yo iba con ella a la cámara de gas. Eran criminales. Ese recuerdo me ha perseguido toda la vida", contaba.