El Gobierno central reconoció ayer que decidió la ausencia del Rey Felipe VI en la entrega de despachos a los nuevos jueces en Barcelona la semana pasada ante la inminencia de la sentencia del Tribunal Supremo que ayer confirmó la inhabilitación del presidente de la Generalitat, Quim Torra.

La seguridad del monarca en el acto convocado la semana pasada por el Consejo General del Poder Judicial no fue la única razón por la que el Ejecutivo decidió la ausencia de Felipe VI, según aseguró ayer el ministro de Justicia, José Manuel Campo, en una comparecencia.

En una entrevista en Radio Nacional de España, José Manuel Campo explicó que había razones que "cualquier ciudadano podía entender" relativas a la "convivencia", como la sentencia "o la cercanía con el aniversario del 1-O".

Campo también insistió en que el Gobierno trató sin éxito de que el presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, aplazara unos días el acto. "Si se podía hacer unos días después... ¿por qué íbamos a generar una tensión?", se preguntó, para después asegurar que el propio Lesmes rechazó el aplazamiento.

Con todo, el ministro de Justicia no cree que la polémica generada en torno a la ausencia del Rey sea "imputable a Lesmes" por no acceder al aplazamiento de la entrega de despachos.

Sin "frentismo"

De igual modo, Campo dejó claro que no hay "ningún frentismo con la Casa Real", y que lo único que ha habido son "una serie de actuaciones" del Gobierno ante las razones que "desaconsejaban la presencia" de Felipe VI en la capital catalana.

En la misma entrevista, el ministro advirtió que paralizar los nombramientos de jueces que el CGPJ tiene previsto hacer mañana, miércoles, "sería una medida de apoyo a la obligada renovación" de esa institución, que se encuentra en funciones desde 2018, y que en opinión del ministro Campo está en "descomposición".

El pleno del CGPJ tiene previsto debatir y votar mañana diez nuevos nombramientos de cargos judiciales, seis de ellos en el Tribunal Supremo.