La batalla por el control de la Justicia es recurrente en democracia. Más aún cuando la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se halla empantanada. Pero ahora la pugna ya no se libra solo entre Gobierno y oposición, que también, sino entre el Ejecutivo y la cúspide de los jueces. Entre dos poderes del Estado. Un escalón más. La Moncloa no esconde su profunda irritación contra el presidente del CGPJ y del Supremo, Carlos Lesmes, por intentar "utilizar al Rey" para su pulso con el Ejecutivo y por reactivar los nombramientos de jueces, pese a que el mandato del órgano venció hace casi dos años. En el CGPJ, una visión opuesta: se defienden recordando que Lesmes no cargó contra el Gobierno por vetar a Felipe VI en la entrega de despachos judiciales del pasado viernes en Barcelona, y recuerdan que por ley están obligados a seguir nombrando magistrados en tanto no llega la renovación. Y así ha ocurrido antes, abundan.

Esas son las fichas sobre la mesa después de días de alta tensión y justo antes de una nueva escalada. Un choque grave, con el Rey en el centro de la escena, que el PP ha convertido en punto de ataque al Ejecutivo y que llevará esta semana al Congreso.

El origen del conflicto se sitúa en el acto de entrega de los despachos a los nuevos jueces, ceremonia que el Rey ha presidido siempre, salvo en 2006 y 2013 -a Juan Carlos I le relevó su hijo, el entonces Príncipe-, que Lesmes fijó para el 25 de septiembre. En la Moncloa deslizan que el jefe del CGPJ marcó esa fecha por su cuenta, sin hacer partícipe al Gobierno, y remitió la invitación a la Zarzuela. Sin embargo, el acto nunca apareció en la agenda del Rey.

"Este acto, muy simbólico y distinto a otros en los que participa Felipe VI, se cuadra entre Gobierno, Casa del Rey y CGPJ. En algún punto hubo un cortocircuito", aducen fuentes gubernamentales, que sin embargo no llegan a dar los motivos por los que no gustaba la fecha propuesta por Lesmes y que desaconsejaba la presencia del monarca. De hecho, nadie del Ejecutivo ha dado explicaciones públicas de por qué se vetó al Rey.

Algunas fuentes del Ejecutivo indican que pesó la sentencia del Supremo sobre Torra y que probablemente conducirá a su inhabilitación. Esperaban esta para el jueves 24, así que la presencia del Rey al día siguiente en Barcelona podía espolear la tensión en Cataluña. Pero también en la Moncloa recuerdan que Pedro Sánchez está desplegando su "agenda para el reencuentro", de acercamiento al soberanismo, y en ella encajan los dos últimos gestos del Gobierno: la próxima reforma del delito de sedición y el inicio del trámite del indulto para los doce dirigentes del procés condenados.

En el Gobierno indignó, según la Moncloa, que Lesmes mantuviera la cita y que además expresara su "pesar" por la ausencia del Rey. Y más aún que luego trascendiera que Felipe VI le había trasladado por teléfono que le habría gustado estar en Barcelona. Ambas señales fueron leídas por el Ejecutivo como un intento de Lesmes de hacer "oposición" a Sánchez "utilizando al Rey". "Y eso es llevar el pulso demasiado lejos -apuntaron-, y más que se disponga a reactivar los nombramientos de jueces en el próximo pleno del CGPJ, el miércoles".

En la Moncloa niegan tajantemente que exista un choque entre el Gobierno y la Zarzuela. Y señalan que la propia Corona aclaró que la llamada de Felipe VI a Lesmes fue por "cortesía", para trasladar su enhorabuena a los nueves jueces, "sin consideraciones institucionales respecto del acto ya celebrado". De ahí que el Ejecutivo focalice su irritación en Lesmes. No obstante, tanto el vicepresidente Pablo Iglesias como el ministro Alberto Garzón cargaron durísimamente contra el Rey por "maniobrar contra el Gobierno" y romper su "neutralidad política". El PSOE no ha desautorizado a su socio de coalición, aunque la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, sí llamó el sábado "a todos" a "tranquilizarse".

"La relación del Gobierno y Lesmes no ha sido mala hasta ahora. De hecho, él persigue entrar en el Constitucional con apoyo del Ejecutivo -observa un ministro-, pero él ha montado este lío por vanidad. Se le ha ido de las manos todo esto, y es culpa suya, porque él organiza el acto y podía haber evitado el choque llevando el acto a Madrid, por ejemplo, como hizo en 2019". El 4 de abril de 2013, añaden en la Moncloa, Juan Carlos I mandó a su hijo: la víspera, la infanta Cristina había sido imputada por el "caso Nóos".

La visión desde el CGPJ es muy distinta. Fuentes del órgano de los jueces aseguran que "ni el ministro de Justicia ni nadie del Gobierno sugirió cambio de fecha alguno" para el acto e insisten en que el Ejecutivo es muy "consciente" de que el día lo pone la Casa del Rey. Y recuerdan que no había tanta flexibilidad de calendario: los 62 nuevos jueces terminaron sus prácticas en julio y tenían que tomar posesión de sus despachos, 56 de ellos en Cataluña. Para el CGPJ, octubre habría sido más problemático, por la concatenación de jornadas simbólicas para el independentismo. Fuentes jurídicas tampoco entienden la prudencia del Ejecutivo respecto a la sentencia de Torra, por la escasa dificultad que plantea.

Fuentes del CGPJ subrayan el ánimo conciliador de Lesmes: mostró su "pesar" por la ausencia del Rey pero sin cargar contra el Ejecutivo. Y ya ha instado cuatro veces al relevo del órgano.