A falta de 80 días para jubilarse, el teniente fiscal del Tribunal Supremo, Luis Navajas, decidió no callarse ante las críticas suscitadas por su informe contrario a la admisión a trámite de las querellas contra el Gobierno por su gestión de la pandemia. Navajas acusó ayer a dos de los fiscales de Sala del Supremo que participaron en el juicio del "procés" de estar "contaminados ideológicamente". Se trata de la exfiscala general del Estado Consuelo Madrigal y, según fuentes fiscales, de Fidel Cadena. El motivo es que, según el número dos del ministerio público, antes incluso de la interposición de denuncia alguna contra el Ejecutivo por víctimas o partidos en el alto tribunal, ya le advirtieron de que "el prestigio de la institución recaía sobre sus hombros" y le instaron a investigar la gestión del Gobierno.

En una entrevista en Onda Cero, Navajas solo identificó a Madrigal al apuntar que firmó un artículo tan crítico con el estado de alarma decretado por el Ejecutivo de Sánchez que varios querellantes querían usarlo como prueba para tratar de lograr que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, o el presidente del Gobierno fueran imputados por su gestión. Eso invalidaría a la que fuera fiscal general del Estado con el PP para pronunciarse sobre las querellas presentadas, porque suponía que "estaba absolutamente contaminada", explicó el teniente fiscal, Fue uno de sus argumentos para explicar que, antes de su informe sobre las querellas contra el Gobierno, no consultase a la Junta de Fiscales de Sala, como le reclamaba la conservadora Asociación de Fiscales, así como a miembros del ministerio público que ejercen en el alto tribunal, y que, a través de los medios de comunicación, sin identificarse, se mostraron muy críticos con su dictamen. "Con esa tropa no puedo ir a la guerra", aseveró Navajas. "Son fiscales de altísima consideración, pero en este asunto están contaminados ideológicamente y no deberían pronunciarse. No digo que me coaccionaran, pero intentaron influenciarme, y eso me puso en guardia", afirmó. El fiscal, con una carrera de 45 años a sus espaldas, explicó que todo el mundo tiene su ideología, incluidos los representantes de la carrera fiscal, pero que estos no pueden dejar que se traslade a sus informes.

Además de la acusación directa a dos de los cuatro fiscales que representaron al ministerio público en el juicio por el proceso secesionista, Navajas también dejó ver "sus dudas" hacia el delito de rebelión que mantuvieron sus compañeros contra los líderes independentistas. Para negar relevancia a la posibilidad de que el Supremo acabe admitiendo a trámite las querellas, cuyo rechazo propugna, se remitió expresamente a ese caso, en el que el alto tribunal "pinchó el globo" de la rebelión al condenar finalmente a los procesados por sedición.

Ejemplos

El "número dos" de la fiscalía no escatimó en ejemplos. "El juicio se televisó y se vieron algunas cosas que... en fin", dijo. "Hicisteis un trabajo honrado, meritorio en tres años y digno de aplauso, pero luego el Supremo os pinchó el globo. Eso lo que significa es que no acertasteis en ese momento", señaló para a continuación denunciar que ese revés no justificaba las críticas que desde ese ámbito se dirigieron contra el propio Supremo.

Para la presidenta de la Asociación de Fiscales, mayoritaria en la carrera, Cristina Dexeus, "tachar ideológicamente a los compañeros está fuera de lugar", y recordó que el ministerio público, como institución, prevé mecanismos para valorar la profesionalidad y la actuación de los fiscales, y cada fiscal puede hacer uso de ellos para defender sus intereses. Sobre la oportunidad de la reunión de la Junta de Fiscales de Sala, Dexeus explicó que precisamente su asociación solicitó su celebración para "blindar" y dar un "mayor respaldo" al teniente fiscal en un caso "extraordinario" como el que se estaba estudiando. Se trataba de evitar cualquier tipo de sospecha de "identificación" de la Fiscalía General del Estado con el Gobierno de Sánchez, indicó.